Los métodos ilegales del Presidente y la vice .
Por : Joaquín Morales Solá.
Fernández denunció por cadena nacional a jueces y fiscales basándose en una operación de espionaje, lo mismo que Cristina, cuando protestó contra su condena por hechos de corrupción.
Es una lástima, pero Cristina Kirchner convirtió a La Cámpora en una cantera de jóvenes (y no tan jóvenes) acostumbrados al dinero fácil y a las operaciones ilegales en los basurales de la política.
La Justicia solo accedió por ahora al 5 por ciento de la información que existe en todos los teléfonos del exsargento de la Policía Federal Ariel Zanchetta, que cumplió también funciones de agente inorgánico de los servicios de inteligencia.
Su jefe inmediato, según se desprende de sus chats, es el diputado Rodolfo Tailhade, que fue un importante jefe de la actual AFI (ex-SIDE) en tiempos de Cristina Kirchner.
Un experto en el espionaje kirchnerista. Los intercambios telefónicos de Zanchetta se conocen por un dictamen de 169 páginas del fiscal Gerardo Pollicita, quien pidió la declaración indagatoria del exsargento.
El fiscal Pollicita y el juez Marcelo Martínez de Giorgi investigan a Zanchetta, preso en Marcos Paz, por el acceso ilegítimo del exsargento a bancos de datos personales, la toma de control de cuentas telefónicas y el requerimiento de sumas de dinero en nombre de magistrados.
Tailhade es también un miembro prominente (para no llamarlo el cerebro junto con Leopoldo Moreau) de la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados, donde se tramita el grotesco juicio a los jueces de la Corte Suprema.
Ayer, después de que se conocieron los afectuosos intercambios telefónicos entre Zanchetta y Tailhade, la Comisión de Juicio Político decidió no deliberar para no darle a la oposición la oportunidad de hablar de las correrías de Tailhade.
El peronismo tiene una estrechísima mayoría de 16 diputados sobre 15 de la oposición en esa comisión de 31 legisladores.
Si Sergio Massa retirara a los dos diputados que le responden, esa caricatura de juicio se caería en 24 horas.
Pero el ministro de Economía y candidato presidencial le respondió el domingo último al periodista Luis Majul que él no tenía una opinión sobre ese juicio político porque no había leído los argumentos.
¿Cómo? ¿Quien se postula para ser presidente de la Nación en nombre de la coalición gobernante no leyó los argumentos de un juicio político al máximo tribunal de Justicia del país que inició el oficialismo que él mismo representa?
O es muy descuidado o está demasiado condicionado por la familia Kirchner, que es la que realmente impulsa el juicio a los jueces supremos.
Con Massa o sin Massa, lo cierto es que Zanchetta le informó a Tailhade (con quien se mandaba “abrazotes” y se llamaban “compañero”) de los chats entre jueces que sirvieron de sustento para la causa por el viaje de magistrados del fuero penal a Lago Escondido, cerca de Bariloche, el año pasado.
Una cámara fotográfica de la Policía Aeroportuaria (PSA) captó el momento en que esos jueces se saludaban con dos ejecutivos del Grupo Clarín. La foto fue difundida por todos los medios cercanos al kirchnerismo, que armaron un escándalo de órdago sin ninguna otra prueba que la inferencia.
Según se desprende de esos chats, fue el servicio de inteligencia de la PSA el que aportó la foto tomada en el Aeropuerto de Bariloche.
El jefe de la PSA es desde 2020 el también camporista –cuándo no– José Alejandro Glinski.
También se comprueba en esos intercambios que Zanchetta cobraba sus servicios a través de la pauta oficial del gobierno bonaerense que distribuía (¿distribuye?) el camporista Fabián “Conu” Rodríguez, porque aquel trabajaba para un portal de noticias llamado Realpolitik.
Rodríguez y Zanchetta hurgaron también en los viajes al exterior del juez de la Corte Suprema Carlos Rosenkrantz; elaboraron un preciso y largo historial con la información de la Dirección de Migraciones.
En uno solo de los varios teléfonos que tenía Zanchetta, la Dirección de Asistencia Judicial en Delitos Complejos y Crimen Organizado (Dajudeco), que es la oficina judicial que interviene los teléfonos por órdenes de un juez o analiza el contenido de las conversaciones telefónicas y de los chats, indagó en 452 chats, 53 videos, 1919 imágenes, 1629 contactos y 1632 audios.
Zanchetta tenía una relación laboral directa con Conu Rodríguez, a quien ayer le allanaron sus oficinas como actual subdirector de la AFIP; él no estaba y, por lo tanto, la Justicia no pudo secuestrarle el teléfono celular. En un momento, el camporista Rodríguez le aclaró a Zanchetta que, aunque él fue destinado a la AFIP (¿sabrá algo del sistema impositivo o fue trasladado para seguir persiguiendo?), no perdió el control de la pauta publicitaria bonaerense porque “todo mi equipo quedó ahí”.
En un informe del servicio de inteligencia nacional, se destaca que existió una oficina de inteligencia especial en la provincia de Buenos Aires cuando la gobernaba Daniel Scioli.
Hay una larga lista de supuestos seguidos o perseguidos por esa oficina, que incluye a Sergio Berni, a Andrés “Cuervo” Larroque, a Sergio Massa, al secretario de Massa, a Mauricio Macri, a Facundo Moyano, a Graciela Camaño, al arzobispo Héctor Aguer (lo llaman cardenal, distinción a la que Aguer nunca accedió), a Héctor Magnetto (CEO del Grupo Clarín), al empresario Alfredo Coto y a este periodista, entre varios más.