El gobierno no da el brazo a torcer con los aeronáuticos.

El gobierno endureció su postura con los sindicatos aéreos por el paro anunciado para el próximo lunes en Aerolíneas; No dará marcha atrás con las suspensiones y sugirió que algunos son afines al kirchnerismo.                                                                                         El gobierno endureció su postura con los sindicatos aéreos por el paro anunciado para el próximo lunes en Aerolíneas Argentinas: no dará marcha atrás con las suspensiones aplicadas a 376 trabajadores por las asambleas del 8 de noviembre pasado y sostuvo que “la mayoría de los gremios” no quiere negociar porque han expuesto “un interés político cercano al kirchnerismo

Con los gremios replegados luego del anuncio de la protesta por 24 horas, que en verdad se sumará a las asambleas del próximo martes entre as 4 y las 7 convocadas por la CATT (cámara de sindicatos del transporte), en el oficialismo negaron que vayan a sentarse a negociar en las próximas horas pese a estar “abiertos al diálogo”.                                                                           Así lo expresó el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, quien junto al canciller Jorge Faurie participó de la rueda de prensa ofrecida tras la reunión de gabinete en Casa Rosada.

La relación entre la compañía de bandera y los gremios se tensó en las últimas horas y las protestas se llevarán a pocos días antes del comienzo de la cumbre de líderes del G20.

El 27 de diciembre pasado, en ocasión del balance de la compañía, el entonces titular de Aerolíneas, Mario Dell Acqua reivindicó el ahorro realizado por la gestión, en contraposición con los millonarios subsidios de la anterior administración: de un histórico promedio anual de 678 millones de dólares, en 2017 la firma utilizó 170 millones de dólares extras “con el objetivo de lograr operar sin subsidios hacia 2019”.

Empero, en las últimas horas el actual gerente Luis Malvido dio un panorama distinto y dijo que la empresa “técnicamente está quebrada”.

Ante esta visión contradictoria -de hecho ayer Dietrich enumeró los avances de Aerolíneas como que este año habrá “7,5 millones más de pasajeros y 8 aviones más que en 2015”- este diario quiso saber ante el funcionario qué había cambiado en los últimos meses, además de la fuerte devaluación, que hiciera cambiar el rumbo de la empresa y disparara versiones sobre una posible reprivatización.

Sobre esta posibilidad, Dietrich dijo ante la consulta de DIARIO POPULAR que es “falso” que el Ejecutivo pretenda privatizar la línea de bandera: 

“Hay que ver lo que hicimos estos 3 años”, dijo, y cuestionó a los sindicalistas que han demostrado un “interés político cercano al kirchnerismo: hacen campaña con ellos e iban a tener puestos en un eventual gobierno.

Los fantasmas de achicar o privatizar son dichos de 2015 y fue todo lo contrario.                  Se puede ver con los vuelos de Córdoba o a Iguazú o las 18 rutas nuevas”, ejemplificó.

Y cuando fue consultado por ese cambio de perspectiva, de ir hacia el déficit cero a entrar en crisis, Dietrich admitió ante este medio que “técnicamente una empresa que pierde plata sistemáticamente, está quebrada. En noviembre si no giramos $1200 millones, el equivalente a dos Metrobuses, no se pagaban los sueldos”. Y, en ese sentido, mencionó que “este año teníamos un objetivo de subsidiar en menos de 100 millones de dólares y va a terminar siendo 197 millones. Hoy se subsidia 14 dólares (la previsión para este año era 7) por pasajero y en 2015 era de 53 dólares”, y dio a entender que el cambio en la ecuación económica se produjo por dos factores: “aumentó el precio del petróleo enormemente, que ahora comenzó a bajar, e hizo subir los costos unos 100 millones de dólares, y bajó la venta de pasajes al exterior”, afectando las cuentas.