"Empecemos a quemar los campos de los ricos…que no puedan recoger nada, que recojan cenizas". Este mensaje que podría encuadrarse (no soy abogado pero creo que es clarito) como apología del delito, es uno de los tantos a los que nos tiene acostumbrado la subversiva Hebe de Bonafini; la “intocable”.
La misma xenófoba que dijo: “¡Váyanse de nuestra plaza bolitas hijos de puta! ¡Váyanse bolivianos de mierda!”.
La misma desalmada que cuando habló de los héroes que pelearon por nuestras Malvinas, dijo que:“Todos los que participaron del conflicto bélico eran ‘fachos’ y no tendría que haber vuelto ninguno”.
La misma perversa inhumana que, cuando murieron miles de inocentes en el atentado de las torres gemelas dijo: “Cuando pasó lo del atentado sentí alegría”.
La misma terrorista antidemocrática que dijo: “Basta de ser democráticos para ser buenitos. Yo me cago en los buenos, no soy buena”.
La misma misógina que ataca a las mujeres diciendo: “¿Cuál es nuestra seguridad con estas vedettes que son más putas que vedettes, que se atreven a hablar de derechos humanos cuando bailaron y se acostaron con todos los represores?”.
La misma enemiga de nuestra patria, la que se caga en la justicia y las instituciones diciendo: “Pero me quieren joder la vida para obligarme a que vaya ante los jueces y baje la cabeza. Pero no voy a ir" (¡y no fue!, las autoridades no tuvieron “lo que hay que tener” para llevarla detenida).
La misma violenta bestia bruta, que propone usar las pistolas Taser en niños inocentes: "quiero que las prueben con la hija de Macri, los hijos de la Vidal y los hijos, nietos y parientes de la Bullrich".
¿Te has preguntado qué pasaría con vos o conmigo, si dijésemos en público, la décima parte de todas estas monstruosidades llenas de odio y rencor? ¿Por qué Hebe de Bonafini es impune?
En lo personal, comenzaré a creer en la Justicia, cuando esta vuelva a tener la venda sobre los ojos para así tratar a todos por igual y no para no mirar los delitos “de algunos”; comenzaré a creer en la Justicia, cuando la venda no esté en sus oídos, sordos a “ciertas” denuncias; en su boca, muda de valientes e imparciales sentencias o en sus manos, “selectivas” al impartir “justicia”.
En la misma línea de pensamiento de esta tétrica energúmena, se expresaron en contra del uso de estas armas: el Observatorio de Derechos Humanos de la Ciudad de Buenos Aires; la diputada de Libres del Sur Victoria Donda; Nicolás del Caño del Partido de los Trabajadores Socialistas; el defensor del Pueblo adjunto de la Ciudad de Buenos Aires, Gabriel Fucks; María del Carmen Verdú, titular de la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional; la Unión de Trabajadores de la Educación, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, la Agrupación HIJOS, Amnistía Internacional, Centro de Estudios Legales y Sociales, APDH, Comunidad Homosexual Argentina, ATE, Abuelas de Plaza de Mayo, Comité para la Defensa de la Salud, la Ética Profesional y los Derechos Humanos, Asociación Americana de Juristas y la Defensoría del Pueblo de la Ciudad.
Ahora bien, ¿alguna vez has escuchado a los miembros de esta caterva de defensores de delincuentes, corruptos y vagos, pedir por los derechos de los ciudadanos de a pie, por el derecho de las víctimas del delito, por el bienestar de las personas honradas y trabajadoras que pagan los impuestos como idiotas? Estoy seguro que no.
¿Alguna vez los has escuchado dar sus pésames a las parejas, a los padres o a los hijos de los 28 policías asesinados en Buenos Aires en el 2018?, policías que dieron sus vidas para proteger a inocentes como VOS, de las garras de los facinerosos. ¿Acaso la vida de un uniformado no vale?, ¿acaso los huérfanos que dejan los delincuentes, esos niños que nunca más verán a sus padres son apenas “daños colaterales” que poco importan? Para mí no lo son, a mí si me importan y mucho. No, esta legión de patéticos no lo hacen. No lo hacen porque sus ideologías les han podrido el cerebro, porque sus dogmas enfermizos los hacen pedir la libertad de corruptos que se enriquecen con tus impuestos; la libertad de asesinos, ladrones y violadores que nos esclavizan; los hace oponerse a la prisión efectiva de violadores y su registro, ninguneando el calvario de las víctimas y dejando a pervertidos en libertad listo para violar a tu madre, a tu hermana o a tu hija. Argentina ha sido gobernada en el último siglo o bien por militares, o por peronistas corruptos, dogmáticos y/o dictatoriales; o bien por radicales inútiles o afines. Ya sea por dogmáticos podridos o por cobardes ineptos, no hemos tenido en los últimos 100 años a nadie que defienda a la gente honesta y trabajadora de nuestro país. Ninguno ha tenido la capacidad, el coraje y la decisión política necesaria para hacer lo que hay que hacer: terminar con las lacras que causan El Imperio de la Decadencia Argentina.
No podemos seguir así, no podemos rendirnos sin pelear. Asumamos nuestra responsabilidad ciudadana, exijamos el respeto de nuestros derechos. Es tiempo de asumir la cruda realidad y dejar de comprar demagogia; es tiempo de recuperar nuestra patria para nosotros y para nuestros hijos; es tiempo de desatar La Rebelión de los Mansos.
