En estás Pascuas nada me haría más feliz,  que la palabra de perdón y reconciliación de todas esas personas que ayer me fallaron, que ayer me mintieron, que ayer se llevaron parte de mi alma.

El perdón que edifica y regenera la vida de todos los seres humanos.
El perdón que nos encuentra con los corazones en sintonía y unidos por un vínculo de amor y esperanza...

En estas Pascuas nada me haría más feliz que volver a compartir una mesa con las personas fundantes de mi vida; esos seres que ayer me abandonaron, esos hombres y mujeres que muy pronto se me adelantaron...

Cómo extraño a mis abuelos, personas irremplazables, inolvidables, dignas de revibir todo el amor; el mismo amor con que ayer me me acunaron, me criaron, me corrigieron e incondiciinalmente creyeron en mi y en mis ganas de intentarlo...

Cómo extraño a mi madre que sin pausa y arrastrandose de dolor y tristeza, siempre tuvo una sonrisa para sus hijos, una palabra de agradecimiento, una acción de amor para la vida.
 

Cómo extraño sus oraciones de madrugada; ella conversaba con Dios y con la virgen; recuerdo que muchas noches la escuché llorar, pidiéndole a Dios un poco de fuerza para poder criar a sus hijos.

En estás Pascuas quiero abrazarme fuerte a los recuerdos de niño, terminar los dibujos que ayer no colorié, que ayer no pude continuar porque me dolía demasiado la vida.
 

En estas Pascuas pensaré en los dolores que ayer superamos juntos; insignificantes ante tamaño sufrimiento con el que Cristo venció a la muerte por el Perdón y la Salvación de su pueblo.
 

En estás Pascuas pensaré en los grandes amores de la vida, en los espacios del corazón que habitaron y que habitan, porque los grandes amores nunca se olvidan.
 

En estás Pascuas pediré perdón a todas las personas a las que quizás he ofendido, perdonaré a todos sin importar las ofensas, sí, el camino que sueño transitar juntos y lo más unidos posible.

En estas Pascuas me abrazo a las cosas simples, cosas que no son cosas, valores indispensables para vivir y trascender la vida.
 

En estas Pascuas abrazaré a los amigos que siempre estan y que enbellecen los sueños en los que siempre los incluyo.
 

En estas Pascuas dejaré a un costado del camino todo lo que no me ayude a crecer, a superarme, a amar, a servir, a enbellecer este privilegio que nos fue dado, que se nos pasa pronto, que no nos exige nada, que es única e irrepetible y que se llama vida.

Por: Yamil Sebastián Canelo.