Cruzada  Conservadora                                                                             

Memora y Evoca el  Centésimo Sexagesimo Noveno Aniversario                                 

del paso a la   Inmortalidad del                                                                       

Gral. JOSÈ FRANCISCO DE SAN MARTÍN                                                

A instantes de conmemorar el CENTÉSIMO SEXAGÉSIMO NOVENO paso a la inmortalidad del Gral. SAN MARTÌN es riguroso y esencial en estas horas observar y discurrir al respecto.
Al hablar, pues, de americanidad quiero hablar de aquellas cualidades espirituales, de aquella fisonomía moral-mental, ética, estética y religiosa- que hace al americano AMERICANO.(Miguel de Unamuno y la Americanidad)
CRUZADA CONSERVADORA de la República Argentina, en esta nueva conmemoraciòn no puede menos que meditar sobre la figura excelsa del Gral SAN MARTÍN y afianzarse en el DOGMA SANMARTINIANO y en las VIRTUDES de la acción del bien común.
Todo el que disfruta cree que lo que importa del árbol es el fruto, cuando en realidad es la semilla. He aquí la diferencia entre los que creen y los que disfrutan. Esa semilla continùa fructìfera EN NUESTRO GLORIOSO EJERCITO ARGENTINO esperando que brote nuevamente ese sentimiento de fuego sagrado y consagrado a la PATRIA.
El grandioso edificio de la Libertad y de la prosperidad nacional consiste en observar y acatar la Constitución Nacional en su letra y espíritu.
En sus bases advertían muy bien sobre las flaquezas del espíritu humano. Sabían del poder corrosivo de la demagogia intervencionista y de sus inexorables triunfadores: despreciables multiplicadores de indigencias morales y materiales sobre las que luego cabalgarían sin prejuicios.
Preveían el advenimiento de individuos carentes de un código que les impidiese mentir, robar o violar libertades públicas y derechos privados; que procurarían escalar el Estado por cualquier medio incluyendo traiciones pero también coimas, difamaciones, aprietes y hasta homicidios. 
Y que cuando llegasen al Olimpo del poder gubernamental mantendrían su estatus de impunidad a cualquier costo incluyendo cambio de reglas, fraudes electorales, confiscaciones vengativas, extorsiones y complicidades mafiosas. Corruptos que a través de su accionar infligirían pobreza innecesaria, vergüenza y desesperanza a multitud de infelices tan des-educados como manipulables,
Los convencionales del '53 comprendían que hombres y mujeres sin principios serían capaces, si se los habilitaba a manejar sin más la temible maquinaria represora de un Estado. Intuían, sin conocerlos, los modelos gemelos de Chávez y Kirchner. 
Y asumían que si iban a prohijar una gran nación debían matar nonato al leviatán infame que se oculta tras toda democracia: la más despreciable y pertinaz forma de dictadura, que es la que clava espuelas a lomos de mayorías estupidizadas.
Los argentinos que los rodeaban, los que llegaron en aquel entonces al acuerdo de una Constitución consensuada, eran gente enérgica en su disposición de sacrificio por la patria, en su sentido común y en su consecuente respeto por la libertad ajena.                                                                                      Un pueblo de pie, poco dispuesto a seguir dejándose atropellar por caudillejos ignorantes.
Lo que procuraron aquellos constituyentes hace 166 años fue, ante todo, mantener vivo ese nuevo "nervio" nacional encadenando al Estado a la Ley Fundamental para evitar que deviniese delincuente y transformara a esa ciudadanía de pie en un hato de pusilánimes y sobre todo traidores a la Gran Argentina, resignados a declinar vegetando al servicio de alguna vivilla malhechora de talante maternal.
En este contexto, algunos pocos protagonistas del presente, no solo advierten lo que ocurre, sino que han tomado la decisión individual de no permanecer como simples espectadores circunstanciales y ocupar su rol para cambiar, cuanto antes el curso de los acontecimientos.
Es tiempo de reaccionar como sociedad y darse cuenta que no alcanza con gimotear en privado.
Dijo el gran  Jorge Luis  Borges:                                                                                                        ”Nuestro país sufre una derrota económica y lo que es sin duda más grave, una derrota ética.”
Pero no es la incapacidad la causa principal de los males que afligen a esta desalentada y desanimada sociedad argentina, que pugna y disputa su libertad; el patriotismo bien entendido ocupa la primera línea.                                                                                                                                                    Todos invocan el nombre de la patria, pero contados son los que obran en el sentido de los deberes  que  la patria impone, y la profanación de esta palabra sagrada es la práctica constante de los funcionarios públicos más inmediatos y directamente encargados en la pública prosperidad.
PATRIA.                                                                                                                                                  Esta palabra mágica debía resonar armoniosamente en los oídos republicanos de todo el Pueblo Argentino.. pero no es tan así.                                                                                                      Desgraciado el ciudadano cuya alma no se conmueve, al nombre de la patria !
No existe la Patria sino en aquellos estados en que el Pueblo posee la soberanía: todo ciudadano es allí un elemento necesario de la patria y se confunde con ella, la ama como se ama así mismo.
El éxito no es el final, el fracaso no es lo fatal: es el coraje de continuar lo que cuenta.(W. Churchill).
El patriotismo es un culto de amor.                                                                                                        Tiene todo el ardor, todas las supersticiones, todo el fanatismo de una religión.                                        La patria es LEY.                                                                                                                                          Cuando todos han tenido parte en la constitución de esa ley, cada ciudadano la ama como su propia obra.
"Somos esclavos de las leyes para poder ser libres"                                                                          (M. Tulio CICERON)
El amor a la patria es la primera virtud de un republicano, o mejor dicho es el que engendra todas las virtudes de la república.
El patriotismo hace nacer una armonía admirable entre los ciudadanos, el vínculo que los une es una pasión común que hace que todo al interés público y que el cuerpo del estado sea, sino invulnerable, al menos invencible.
Hemos reaccionado positivamente los argentinos ya, en octubre pasado, en el 2015, para cambiar un pasado y forjar un nuevo porvenir, basado en la LIBERTAD, en aquellla misma que hoy la recordamos y la veneramos.
"En las horas de peligro es cuando la patria conoce el quilate de sus hijos".
Intrínsecamente cobijados bajo nuestra BANDERA, símbolo acertado de la LIBERTAD, las buenas costumbres y la ÉTICA,  mandato para el porvenir del  Gral SAN MARTÌN hoy Cruzada Conservadora le rinde su Merecido Tributo de recordación en conmemoraciòn de su PASO A LA GLORIA ETERNA.
Cruzada  Conservadora.
Fernando A. Castro Pintos 
Presidente