SANATORIO.

Nuestra Señora del Pilar.

Cuando amanecía el 30 de octubre pasado, yo no tenía idea de la existencia de este Sanatorio.

Pero el destino lo puso en mi camino.

Alas tres de la mañana, mi esposa sufre un  marcado nivel de presión arterial, susto, medicación, emergencia, médicos, que llegan rápidamente y la atienden . . . Dos horas despues parece que la normalidad nos alcanza, pero no, la presión dice presente, otras corridas, más angustias, más asistencia, y uno cree que la calma llega para quedarse . . . 

De ninguna manera,  nada estaba bien, y a media tarde, con mucha angustia ya, pido internar a mi señora para que sea mejor atendida que en nuestra casa.

En la emergencia nos trasladan a una Clínica cercana, donde la internan en la U.T.I. . . Para realizar los estudios de rigor.

A minutos de mi casa, ya en terapia intensiva, me indican que me retire, a descansar, cosa que en efecto cumplo.

No bien llego a mi casa, me llama la Terapista, para informarme, que mi esposa, sería trasladada a otro Centro de Salud a los efectos de mejor atención, dado que sus estudios muestran dos imágenes delicadas, frontal y occipital.

La entrada de mi hogar está presidida por una Imagen de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, de la que mi esposa es devota absoluta.

Salgo más que apurado para acompañar a mi esposa a donde fuera que la deriven, y al mirar la Imagen, con un gesto totalmente ajeno a mi, apunto a Nuestra Señora con un dedo, y le digo, ahora si es toda tuya, es tu amiga, cuidala por lo que te ama, no por mi.

Me informan en la Clínica que esperan respuesta de donde tendrán los requerimientos necesarios para el cuadro, pero aún no hay una respuesta.

un poco más tarde, me informan, que hay una vacante en una UTI, y respondo que nuncas es demasiado lejos, si nos da una oportunidad de cuidar su salud,  me responden, que es en Ciudadela, sin dudar acepto, sin más.

Aquí la primer señal, a la Señora le pedí por mi esposa, y la respuesta llegó, de Nuestra Señora del Pilar. 

Usted crea, o no, lo que le cuento, pero yo no creo en las casualidades. .                                Ahora mi esposa está en recuperación, pero el diagnóstico, cambió en el camino.

Y aquí encontré, en este Sanatorio, el milagro que le pedí a la Virgen.

A sus Directivos, a su Personal, a Todos, sin distinción de cargo o profesión, no tengo cómo agradecer  tanto y tan bueno como nos dieron en estos días.

Encontré gente, esa gente que en oportunidades, pareciera no existe, pero aquí,  SI  Están.

A todos y cada uno muchas gracias, por su profesionalismo, su bonhomía, por su paciencia, por la generosidad en dar su tiempo, para permitirnos entender cada cuadro, de cada paciente, con cada persona que no entiende y pide una explicación más.

Por todo eso y mucho más ...

MUCHAS GRACIAS.

Rodolfo Griffa