29 de abril de 2020
VOLVIÓ EL DISCURSO . . .

que ya no queríamos más.
Volvió el discurso
que ya no queríamos más.
Por : V. CORDERO.
No lo deseábamos, no lo queríamos pero muchos temíamos que volviera porque todo lo que nos están mostrando huele a puesta en escena.
Alberto no parece ser quién es, y deja que los ministros que le puso su vice presidenta busquen deteriorar su imagen justo en el momento de su mayor popularidad.
Se cortan solos, hacen declaraciones que estorban y a destiempo político.
No hay duda que detrás de todos estos "fallidos" esta la usina instalada en el Instituto Patria para hacer borrosa la imagen del presidente.
Ahora ya llegamos al límite, a lo último que esperábamos oír, el regreso del lenguaje setentista que tanto dolor les ha causado a los argentinos.
La abogada Graciana Peñafort, designada Directora de Asuntos Jurídicos del Senado de la Nación, por Cristina Kirchner, fue la encargada de defender ante la Corte Suprema el pedido hecho por la presidenta del Senado para que el máximo tribunal permitiera las sesiones de la Cámara Alta vía teleconferencias en el marco de la emergencia sanitaria por la pandemia.
El primer pedido de la ex presidenta fue realizado por escrito el pasado 14 de abril.
Treinta páginas para pedirle a la Corte que "despeje el estado de incertidumbre respectoa la validez legal de sesionar mediante medios virtuales o remotos".
El Tribunal le pasó el tema al Procurador General de la Nación, Ricardo Casal, quien consideró que el planteo es solo una consulta y el Poder Judicial interviene ante casos donde hay una controversia.
Sin ser vinculante su decisión, desestimó el pedido.
Esto encendió de ira al kicrhnerismo que volvió al ataque contra la justicia toda y fue justamente Peñafort la encargada de expresar esa furia más explícitamente.
La ex abogada de Amado Boudou y Guillermo Moreno entre otros acusados de corrupción, escribió:
"Es la Corte Suprema quien tiene que decidir ahora si los argentinos vamos a escribir la historia con sangre o con razones. Porque la vamos a escribir igual",
¿Leyó bien querido lector?
Porque la mayoría de los medios omitieron las última palabras desafiantes, "la vamos a escribir igual".
La señora no dudó en recuperar el lenguaje del odio, pero está bien, es el origen, es de dónde muchos dijeron que vienen, incluso los que mienten su propia historia.
Será usted también una prestigiosa abogada, pero querer volver al lenguaje de la sangre en una democracia, en una república, es indignante y lo que es peor intimidante.
Mire, yo nunca jugué para nadie, ni estuve de un lado o del otro, soy y seré crítico con las cosas que no me gustan las haga quién las haga, pero su actitud, haber escrito esa frase en las redes sociales, siendo usted quién es y representando usted a quién representa, no hace más que llenarme de dudas sobre qué ideal político está gobernando el país.
Y me llama la atención que ni el Presidente, ni ningún miembro independiente del Gobierno hayan salido al cruce de tamaña barbaridad.
No habrá sangre señora Peñafort, aunque la elija como una opción y ¿sabe por qué?
Porque antes, esta democracia nuestra, aunque herida, pondrá las cosas en su lugar y tal vez ya no vuelvan a engañar a los argentinos.
Si no hay reacción oficial a esto, a mi me queda claro que ahora sé quienes gobiernan, que sé que el Poder Ejecutivo, curiosamente el único de los tres que dejaron funcionando, es una pantalla, que el país se maneja desde la calle Rodríguez Peña.
Ahora quieren aprobar a la fuerza el llamado (curiosamente) "Impuesto Patria" para gravar a las grandes fortunas o a los "ricos" como prefieren llamarlos desde el kirchnerismo.
Volvemos a los "enemigos" imaginarios, los empresarios, los medios, los jueces, mientras el país está parado, peligrosamente parado.
¿Sabe una cosa querido lector?
Voy a decir algo que ya escuché muchas veces pero que nadie lo hace público, tengo la sensación que están esperando que Alberto Fernández ponga la cara en la tragedia, los Kirchner jamás lo hicieron en ninguna, para después con un presidente gastado, les quede la opción de tomar el sillón de Rivadavia.
Ojala me equivoque. Ojala.
Le pido a Dios que no nos tuerza el rumbo justo ahora, donde miles de compatriotas tienen que morir mientras otros solo quieren que los "ricos" nos den una propina.
La farsa volvió, teñida de ilusiones de sangre, como en los "viejos tiempos" dirían los militantes.
Y a mí me duele, porque creí que empezábamos una nueva historia y cada día me crece el desengaño y el miedo, pero no al virus, usted me entiende ¿no?
V. CORDERO.
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