Aprobaron un proyecto al que le agregaron más de mil cargos entre jueces, fiscales y ñoquis.

Antes que nada, vamos con dos noticias positivas entre tanta angustia y pesimismo. Si bien el Coronavirus avanza por todos lados y cada vez tenemos más casos, podemos decir que hay un lugar del país que ya está libre de Covid: Olivos, específicamente el territorio delimitado por las calles Villate, Av. del Libertador, Malaver y Av. Maipú. Se ve que ahí el tema de los testeos y los rastreos de contactos estrechos anduvo fenómeno porque ya no hay cuarentena.

La mejor prueba de esto es que, además de los almuerzos que ya venía organizando el presidente con diversos funcionarios, el domingo pasado hubo un asado familiar entre los Moyano y los Fernández. Todos vimos la foto. Estaban felices, abrazados, sin barbijo, sin distanciamiento, maridos, esposas, hijos, perros, todos disfrutando de la vida como si fueran uruguayos. Que lindo es volver a ver a las familias argentinas reunidas. Aunque sólo sean dos familias.

La otra buena noticia es que justo en el momento en que millones de argentinos están pagando los impuestos a las ganancias y a los bienes personales 2019 y empiezan a pagar los anticipos de 2020, nos hemos enterado de que acá también tenemos nuestro propio paraíso fiscal que permite no pagar nada.

La Jefa de la Nación, temporariamente a cargo de la vicepresidencia, ha solicitado a la ANSES que se la exima de pagar el impuesto a las ganancias sobre su jubilación como expresidenta y su pensión por el CCK. Además pidió que le devuelvan las retenciones desde 2015. Conociendo el palo, sospecho que se lo van a conceder, básicamente porque la ANSES también la maneja ella.

Conclusión: en todo el país la presión tributaria es durísima menos en la esquina de Juncal y Uruguay. Entre los bolsos con efectivo que llevaban los remiseros y las excepciones impositivas que le otorgan a los que allí habitan, ya podríamos declarar a la esquinita “paraíso fiscal”.

No hace falta fijar domicilio en Seychelles o Panamá. Te mudas acá nomás, en esa popular esquina de Recoleta y listo. Es más, me pareció ver por televisión un cartel de venta en el piso de arriba. Habría que apurarse.

Por todo esto volvemos a hacer un humilde pedido, tanto a los residentes y visitantes de Olivos como a los contribuyentes de Juncal y Uruguay. En nombre de los que pagamos todos los impuestos, respetamos las cuarentenas, soportamos las violaciones a los derechos humanos que se están cometiendo en diversos lugares del país, nos bancamos que el presidente levante el dedito y nos rete por televisión y que la vicepresidenta no use barbijo y trate a los senadores como chicos de colegio, levanten todos ellos una copa y brinden nuevamente por todos nosotros, los Boludos de la Patria.

Aclaración: el gobierno ha desmentido que quieran aumentar el impuesto a la ganancias del 35% al 41%. Seguramente tiraron la data del 41% para que el 35% que pagás ahora te parezca poco.

En el medio de todo esto, hubo una alegría para los gorilas vendepatria. El nuevo impuesto a las grandes fortunas alcanza a todas aquellas personas físicas que tienen más de 200 palos, o sea también afecta a los Kirchner.

Todos sabemos que los hoteles, los departamentos y las demás cosas que tienen están a nombre de sociedades como Hotesur, Los Sauces y otros bolonquis. Además están contabilizadas en un monto que debe ser bastante parecido a lo que vale una Zanella. De modo que, por todo eso, no pagan nada.

Pero por lo que deberían pagar es por los 4.664.000 dólares que le encontraron a Cristina en la caja de seguridad del banco y que ella confesó que eran ahorros propios dolarizados. A los efectos impositivos, al 31 de diciembre de 2019, representan unos 279.840.000 pesos. Según la escala, tributaría exactamente el 2%. Pero como la guita está en una caja de seguridad, o sea fugada, hay que aumentarle un 50% más. En lugar del 2% paga el 3%. Quiere decir que tiene que ponerse con 8.395.200 pesos.

Pregunta que se hace el ciudadano común: ¿van a darle a los gorilas vendepatrias la alegría de ver a los Kirchner llevando a la AFIP un bolsito con 8 palos o el paraíso fiscal de la esquinita de Juncal y Uruguay sirve para zafar también de esta? En cualquier caso, acá ya queda hecho el cálculo. Por lo menos se ahorran los honorarios del contador.

Dicho todo esto, vamos al drama de siempre: seguimos sin hacer acuerdos políticos de nada. O sea, seguimos rumbo al precipicio.

Mientras la sociedad padece la crisis más grande de la historia, Cristina empuja en el Congreso una reforma judicial cuyo único y verdadero objetivo es controlar a la justicia y anular todas las boletas que le hicieron por pasar los semáforos en rojo. Todo lo demás son justificaciones y excusas.

Analicemos esto sin deprimirnos. Como siempre le digo amigo lector, pensemos que estamos en una clásica comedia del cine nacional. Recuerde que cada vez que nombramos a Alberto Fernández todos pensamos en Rolo Puente, ¿ok?

Rolo está en la Casa Rosada preocupado porque los medios, los analistas y la política en general no paran de cuestionarle su autoridad. “Si querés te doy una mano” dice Duhalde entrando a cuadro, en este caso interpretado por Guido Gorgatti. Para los más jóvenes, créanme que nadie haría mejor al Duhalde actual que el gran Guido Gorgatti. De más está decir que para Joe Pesci no nos da el presupuesto.

Por la otra puerta entra Julio Bárbaro haciendo de Julio Bárbaro y mete su frase favorita: “Tenemos que recuperar el abrazo de Perón con Balbín”.

Rolo camina por el despacho confundido en busca de su identidad. Entra a cuadro Ginés con una guitarra, hoy interpretado por Toti Ciliberto al que tenemos que maquillarlo un toque para envejecerlo.

Rolo se cuelga la guitarra y mirando hacia Plaza de Mayo empieza a cantar “Viento, dile a la lluvia”, de Lito Nebbia. De pronto se detiene. “Voy a tener que ir a Marte a visitar a Cristina para poner las cosas en su lugar, acompañame a buscar la nave espacial, Cafierito”, le dice Rolo a Cafiero interpretado por el Chino Darín, si es que alcanza la guita. Si no, llamamos el actor Cafiero (hay tantos Cafiero que alguno debe ser actor).

El Chino Darín lo frena: “Me parece que hoy Cristina está en el Congreso con el tema de su reforma judicial que ahora dice que no es suya sino tuya”.

Corte al Senado con las pantallas donde vemos a los senadores nacionales encarcelados por Cristina en la virtualidad. Aparece la Vicepresidenta vestida de guardapolvo blanco. En la comedia de hoy, sale Moria Casán y entra Jacinta Pichimahuida.

Atrás viene Parrilli, que en este caso vendría a ser Efraín, agitando palmas al grito de “…vamos blancas palomitas que empieza la sesión…”. Insertamos el famoso plano de Brandoni en Esperando la Carroza: “¡Ahí lo tenés al pelotuuudo!”.

De ahí en más, horas y horas de maestra ciruela. Lo vimos por televisión. Aprobaron un proyecto al que, sobre el final, le agregaron más de 1000 cargos entre jueces, fiscales, secretarios y ñoquis varios. Buenísimo: eso aumenta las probabilidades de tener un juez amigo.

Detrás de un telón, espía Sergio Massa. Acá vamos a decirlo bien clarito: si el Frente Renovador pone guita en la peli, el papel de Massa lo hace Sebastián Estevanez. Si no, lo llamamos a Sergio Gonal que te lo saca fenómeno.

Massa está con Máximo (a Máximo te lo resuelvo con cualquiera de Los Nocheros). Los dos miran preocupados. En el fondo, saben que en el Senado el kirchnerismo aprueba cualquier mamarracho. En Diputados va a ser mucho más difícil llevarse puesta la República. ¿Lo lograrán? Continuará…

Alejandro Borensztein

Origen : Clarin.