Central nuclear de Taishan, China. Captura de pantalla dde YouTube/FactWire.

Redacción BLes. 

Expertos del gobierno de Estados Unidos se encuentran evaluando un informe enviado por la empresa francesa de energía nuclear Framatome, la cual detectó “problema de rendimiento” en la planta de energía nuclear de Taishan la cual opera en asociación con el Grupo de Energía Nuclear General de China (CGN), de propiedad estatal. Según el informe, la concentración de gases indicaría una amenaza radiactiva inminente.                                                                                                                                             Framatome tomó la inusual medida de advertir al gobierno de Estados Unidos sobre una “amenaza radiactiva inminente” de la planta, ubicada en la provincia de Guangdong, cerca de Hong Kong.              La advertencia enviada por la firma francesa, la cual coopera con el funcionamiento de la planta nuclear, indica que la autoridad de seguridad energética china estaba elevando los límites aceptables para la detección de radiación fuera de la planta de energía nuclear de Taishan en la provincia de Guangdong, con el objetivo de evitar tener que cerrarla. La carta fue dirigida al Departamento de Estado de EE. UU. y obtenida por CNN.

A pesar de la alarmante notificación de Framatome, la administración Biden determinó que la instalación aún no se encuentra en un “nivel de crisis”, según una de las fuentes a las que tuvo acceso CNN, aunque no especificó nada más al respecto.                                                                              Según el informe de Famatone, la planta habría continuado su operación a pesar de que se detectó un preocupante “aumento en la concentración de ciertos gases nobles” en el circuito primario del sistema de enfriamiento en una de los dos reactores nucleares de la planta.                                                              Ni CGN ni los medios de comunicación de propaganda comunista en China anunciaron sobre la posible catástrofe, hasta que las persistentes preguntas de los medios de comunicación internacionales provocaron la breve declaración del domingo en la que asumieron la situación como verdadera aunque minimizaron el asunto diciendo:                                                                                                                           “Ambos reactores de la planta están operando de acuerdo con las reglas y regulaciones de seguridad nuclear”, según reportó Reuters.                                                                                                      El supuesto mensaje de Framatome al Departamento de Energía de EE. UU., enviado la semana pasada, fue algo más alarmante que las declaraciones publicadas el domingo y el lunes por la planta y los medios de propaganda chinos.                                                                                                                              CNN afirmó, sin citar fuentes oficiales, que los funcionarios estadounidenses se tomaron en serio la advertencia recibida el 8 de junio:                                                                                                                          “La preocupación fue lo suficientemente significativa como para que el Consejo de Seguridad Nacional celebrara múltiples reuniones la semana pasada mientras monitorean la situación, incluidas dos a nivel adjunto y otra reunión a nivel de subsecretario el viernes, que fue dirigida por la directora senior del NSC para China, Laura Rosenberger y Senior Mallory Stewart, director de Control de Armas, según funcionarios estadounidenses”, publicó CNN.

Las fuentes también dijeron que la administración Biden discutió la situación con miembros del gobierno francés y sus propios expertos de Energía. Estados Unidos también habría tenido contacto con miembros del gobierno chino para hablar del asunto en cuestión aunque no trascendieron detalles de las conversaciones.

Más allá de si el inconveniente genera una amenaza ambiental grave o no, sí resulta preocupante el hecho de que el régimen chino modifique a su antojo y unilateralmente los límites y estándares para la detección de radiación, poniendo en riesgo a su población y al mundo entero.

En segundo lugar, y no menos importante, preocupa la obstinada negativa del gobierno chino a reconocer cualquier problema que pueda afectar a terceros, una actitud que inevitablemente recuerda a lo sucedido en el laboratorio de Wuhan, de donde se habría escapado el virus PCCh y al día de hoy el régimen comunista lo continúa negando a pesar de las contundentes pruebas que lo demuestran.

Andrés Vacca. 

BLes.com.

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