Frente a la Justicia siempre ausente, cuando por fin toma cartas en el tema corrupción, vemos azorados, como ingentes grupos, enfrentan la realidad como si realmente los acompañara la razón. 
No cuento en lo anterior nada nuevo, pero cuando leo que despues de interrumpir el paso, de conculcar derechos constitucionales de quienes queremos transitar libremente por los lugares elegidos para molestar a los ciudadanos, por estos energúmenos, nos encontramos que dejan el lugar y desairan a sacerdotes y pastores que pretendían celebrar una oración ecumenica para . . . 
O soy un individuo llegado del cosmos, o quienes deben llamar a la razón y la concordia, sacerdotes y pastores, se dedican a clamar en el desierto por la corrupción más abyecta de que se tenga memoria.  Que delincuentes devenidos, disfrazados de políticos le roben a la gente el dinero de su trabajo y la confianza, es casi común en toda la America Hispanica, y que ademas tambien les roben la esperanza y el futuro es mucho más grave todavía. 
Pero que un igual, que se encarama de su propia miseria, se asocie a lo peor de la sociedad, políticos que avergüenzan a la calidad de tal, es peor cuando medra entre sus iguales, y los convierte en victimas de su ambición de poder, y se pone al servicio de poderes más corruptos, más infames  todavía, la convierte en un ser deleznable digna de la peor mazmorra donde pueda terminar su vida, cuando ademas
se puso en juego de intereses mezquinos la alimentación mínima de sus pares.
Este es un juicio de valor para la "señora Milagro Sala", pero que : sacerdotes y pastores se presten, aún antes del fallo final de la Justicia, y de tener las pruebas del 
horroroso delito en sus manos, mínimamente los convierte, en cómplices  de hechos aberrantes, en dar muestras equívocas a la sociedad  sobre cosas o actos que no pertenecen a la fé, sinó simplemente a la Justicia de la sociedad, que paga hoy los más brutales hechos de corrupción política que soportó el país en los últimos años.
Para habla de este tema tan duro, me amparo en que el pedido de justicia de verdad le llegue a cuantos delinquieron, sin perdón alguno.
Este medio no vende ni comercia opinión, no tenemos publicidad ni de empresas ni de oficialismo alguno.   
Opinamos con la libertad de conciencia requerida desde una profesión que se ejerce sin condicionamientos que no partan de la más absoluta vocación de ejercer periodismo de verdad.  
EN LIBERTAD.
Rodolfo Griffa.