Comienzan las obras para el último tramo                                     de la autopista Puerto Madryn-Trelew.                                

Por  :  Bernardo Gonçalves Borrega.                                                                                                Periodista acreditado.                                                                                                              Corresponsal en Casa de Gobierno .

El Ministerio de Transporte de la Nación puso en marcha las obras para construir el último tramo de la autopista sobre la Ruta Nacional 3 que conectará Trelew con Puerto Madryn, en la provincia de Chubut, y que permitirá que casi 6.300 vehículos que la transitan diariamente ahorren tiempo de viaje.

La obra que el Gobierno Nacional relicitó se adjudicó por 575 millones de pesos, lo que significó un ahorro del 9,13 por ciento para el Estado sobre el presupuesto oficial.

                     

Los trabajos contemplan la travesía urbana de Trelew, el ensanche del acceso sur a Puerto Madryn con su respectiva rotonda, la construcción de un intercambiador en el aeropuerto de esa ciudad y una rotonda en la intersección de las rutas 3 y A010.

También se duplicará la calzada y se construirá un cantero central, desagües, banquinas externas e internas, retornos e iluminación en las intersecciones.

El proyecto incluye la repavimentación de 35 kilómetros de la calzada ya existente que se encuentra en mal estado.

                           

“Este es el camino que tenemos que seguir para recuperar la confianza en la obra pública: llevando adelante licitaciones transparentes, con mayor participación que garantice precios más bajos y, finalmente, el debido seguimiento de las obras, para asegurar que la obra que empieza no para hasta terminarse”, expresó Guillermo Dietrich, ministro de Transporte de la Nación.

 

La construcción de la AU 3 en Chubut había quedado paralizada en octubre de 2014 cuando la empresa contratista la abandonó restando 11 kilómetros para finalizarla.

                      

El proceso de relicitación no sólo consiguió un ahorro para el Estado, sino que también significó una mejora en los tiempos, debido a que transcurrieron menos de 100 días entre el llamado a licitación y la preadjudicación, frente a los 260 días que se demoraba en promedio en años anteriores.