MercoPress                                                                                South Atlantic News Agency.                                                                                                                                                              NASA, dice que las temperaturas superficiales globales en 2017,                      son las segundas  temperaturas mas altas superficiales desde 1880.

                                       2017 fue el tercer año consecutivo en que las temperaturas globales fueron más de 1 grado                      Celsius (1,8 grados Fahrenheit) por encima de los niveles de finales del siglo XIX.

                                        El   director de GISS, Gavin Schmidt, dijo que "las temperaturas en todo el planeta continúan la rápida tendencia de calentamiento que hemos visto en los últimos 40 años".

Las temperaturas superficiales globales de la Tierra en 2017 se ubicaron como las segundas más cálidas desde 1880, según un análisis realizado por científicos del Instituto Goddard de Estudios Espaciales (GISS) de la NASA.                                                                                                                                                                         Continuando con la tendencia de calentamiento a largo plazo del planeta, las temperaturas promediadas en 2017 fueron de 0.90 grados Celsius (1.62 grados Fahrenheit) más cálidas que las de 1951 a 1980. Eso es solo superado por las temperaturas globales en 2016.

 En un análisis independiente, los científicos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) concluyeron que 2017 fue el tercer año más cálido en su historia. La menor diferencia en las clasificaciones se debe a los métodos ligeramente diferentes utilizados por las dos agencias para analizar las temperaturas globales. Los registros a largo plazo de las dos agencias siguen estando firmemente de acuerdo, y ambos análisis muestran que los cinco años más cálidos registrados han tenido lugar desde 2010.

Debido a que las ubicaciones y las prácticas de medición de las estaciones meteorológicas cambian con el tiempo, existen incertidumbres en la interpretación de las diferencias de temperatura medias globales anuales entre años. Teniendo esto en cuenta, la NASA estima que el cambio medio global de 2017 tiene una precisión de 0,1 grados Fahrenheit, con un nivel de certeza del 95%.

"A pesar del clima más frío que el promedio en cualquier parte del mundo", dijo el director de GISS Gavin Schmidt, "las temperaturas en todo el planeta continúan la rápida tendencia de calentamiento que hemos visto en los últimos 40 años".

La temperatura promedio de la superficie de la Tierra ha aumentado un poco más de 1 grado Celsius (aproximadamente 2 grados Fahrenheit) durante el último siglo, un cambio impulsado principalmente por el aumento de dióxido de carbono y otras emisiones a la atmósfera creadas por el hombre. 2017 fue el tercer año consecutivo en que las temperaturas globales fueron más de 1 grado Celsius (1,8 grados Fahrenheit) por encima de los niveles de finales del siglo XIX.

Fenómenos como El Niño y La Niña, que calientan y enfrían el océano Pacífico tropical y causan las correspondientes variaciones en los patrones climáticos del viento y el clima, contribuyen a las variaciones a corto plazo en las temperaturas globales. Además, la dinámica del clima afecta las temperaturas regionales, por lo que no todas las regiones de la Tierra experimentaron cantidades similares de calentamiento el año pasado. Las tendencias de calentamiento son más fuertes en las regiones árticas.

El equipo de NASA GISS reúne su análisis a partir de datos disponibles públicamente adquiridos por aproximadamente 6,300 estaciones meteorológicas en todo el mundo; desde instrumentos basados ​​en barcos y boyas que miden la temperatura de la superficie del mar; y de estaciones de investigación antárticas. Estos datos brutos se analizan utilizando métodos que tienen en cuenta la distribución de estaciones de temperatura en todo el mundo y los efectos de calentamiento urbano que podrían sesgar los cálculos.