Por : MALÚ KIKUCHI.
¡Pobre Argentina!
Sufre una inflación interanual del 104%.
Y subiendo.
Sólo en febrero el 6,6% , en marzo el 7,7% y casi un 10% en alimentos.
Que es el único ítem del que no se puede prescindir.
Resultado, 40% de pobres.
¡Pobre Argentina! De cada 3 chicos menores de 5 años, 1 con suerte
come una vez por día.
Sin proteínas ni vitaminas, ¿cómo se desarrollará su cerebro?
Se está hipotecando el futuro de la nación.
El narcotráfico hace pata ancha con protección de la policía y la
política.
La inseguridad mata, roba, viola, asalta. Los argentinos “de bien” sobreviven enrejados, con alarmas, y cuanto sistema de protección existe. No alcanza. Siguen siendo víctimas.
Y existen ministros de seguridad. ¿Para qué?
¡Pobre Argentina!
La incertidumbre de lo que pudiera pasar, impide dormir. La fragilidad del peso ($) llega al punto de disparar el precio del dólar.
Porque un casi desconocido funcionario pergeñó un plan económico y eso se entendió como que Sergio Massa renunciaba.
El funcionario en cuestión, Antonio Aracre era el jefe de asesores del Presidente Fernández. Venía del mundo privado, había sido CEO de Syngenta, importante empresa agrícola china. Malena Galmarini aclaró, “Massa se queda hasta el final porque el final es cuando se vaya Massa”.
La inestabilidad argentina es tal que aparentemente depende de un solo hombre, Sergio Massa. Que corre a Washington para re, re, renegociar el acuerdo con el FMI que lo acepta con resignación. Argentina le debe demasiado. El resto del gobierno y sus seguidores, insulta permanentemente al FMI. Descoordinación total.
Mientras los argentinos tratan de sobrevivir a todas sus desgracias, el que finge ser el Presidente no se habla con su vicepresidente, la real dueña de la presidencia. Aunque ahora el que maneja es Massa. Que no se habla con el Presidente. Y es detestado por la izquierda del FdT.
Wado de Pedro, ministro del interior ataca todo el tiempo al Presidente. Este, sin poder alguno amagó con ser candidato a la presidencia para las próximas elecciones. Se bajó. Obligado por su coalición porque parecía imposibilitar elegir otro u otros candidatos para el espacio del FdT.
Scioli, Pichichi, quiere ser candidato.
Espera tener “su segundo tiempo”. Todavía no pudo acercarse a CFK,
que es la que decide candidaturas.
Pero si Pichichi es candidato Massa se va.
Y si Massa se va es el final del gobierno.
Esto no es democracia, es locura.
El FdT es una bolsa de gatos, todos contra todos. ¿Y la oposición? La oposición, también. Horacio Rodríguez Larreta contra Patricia Bullrich y está contra el jefe de gobierno de la ciudad. María Eugenia Vidal pidió que todos se bajaran de sus candidaturas, barajaran y dieran de nuevo. Sin éxito. Eso es sólo en el PRO.
Los candidatos a jefes de gobierno de la ciudad siguen siendo 3. Acuña, Quirós y Jorge Macri. No es lo que pidió Mauricio cuando se bajó de su posible candidatura. La justicia electoral de la ciudad debe aceptar a Jorge Macri como candidato. No cumple con los requisitos.
No es porteño y no lleva viviendo estos últimos 5 años en la ciudad. ¿Lo aceptarán? Incógnita. Una más. No hay guerra sólo entre Ucrania y Rusia. Gerardo Morales UCR, comparó a Javier Milei con Milagro Sala. Imperdonable. Milei se pelea con “la casta”. Y “la casta” ataca a Milei.
Aníbal Fernández pronosticó sangre y muerte si gana JxC.
Sin enterarse que ya hay sangre y muerte en el país. La fundadora de la CC, Lilita Carrió abre la boca y sentenciosamente
ataca todo lo que no le gusta, que es mucho. JxC tiembla.
Y Lilita forma parte de la coalición.
Todos estos personajes y los que los rodean, ya sean del gobierno o de
la oposición, pelean. No discuten ideas, pelean por el poder. Muy pocos con cierta altura. La mayoría de forma rastrera, ramplona, chiquita, descalificando al otro. ¿No piensan que para las PASO faltan 83 días?
¡Pobre Argentina!
Y no es la deuda con el FMI (no se le pagó nada).
No fue la pandemia, ni la guerra ni la sequía, es la
inoperancia del gobierno.
¿Pero qué pasaría si renunciaran el Presidente y Massa?
¿Qué haría Cristina?
Pregunta que hace pensar.
Y el dólar no sube, es el peso que baja.