Bullrich retomó el perfil «anti K» con Massa y se mostró decidida a desarmar a Milei en el tramo final.
Confiada en el eje temático de Seguridad, Bullrich intentó sacar la chapa de ex ministra que la catapultó desde el gobierno de Mauricio Macri hasta este debate. Prometió entrar a la ciudad de Rosario a combatir al narcotráfico «si hace falta con las Fuerzas Armadas» y bajar la edad de imputabilidad a los 14 años.
Aprovechó el bloque para diferenciarse del oficialismo que «libera presos y les dan celulares en las cárceles», según dijo, y también de «Milei que quiere liberar las armas» que finalmente «caen en manos de los delincuentes«.
El libertario la acusó de «mentir» y Massa de eliminar durante su gestión los inhibidores de señal de las cárceles de Rosario.
Si bien Massa y Milei trataron de arrinconarla (el libertario apeló a una revelación de Massa sobre una supuesta reunión suya con Carlos Melconian, eventual ministro de Economía de Bullrich) la referente de Juntos por el Cambio usó todos los bloques temáticos y los derechos a réplica posibles para el ataque directo y para dejar bien dibujado el perfil de su candidatura: contra el kirchnerismo, mejor ella que Milei.
La dirigente logró poner a Massa a la defensiva con el caso Insaurralde y lo atacó con episodios como los bolsos de Julio López y los «hoteles de los Kirchner». «¿Cuándo van a dejar de afanar?», fue la pregunta que le lanzó en un cruce al ministro, a quien también chicaneó con que «los ñoquis de La Cámpora ahora pasan a planta permanente» y le criticó la gestión con un «dólar a mil mangos» y «dos millones y medio más de pobres».
«Dijiste que venías a sacar las papas del fuego y nos hiciste puré», disparó Bullrich contra Massa, con la misma puntería con la que le lanzó a Milei: «Tenes a todos los chorros de Massa en las listas, ¿creés que vas a cambiar algo?».
La referente del PRO no se quedó ahí: le reprochó su idea sobre la «venta de órganos», lo acusó de preparar «un plan Bonex» y fue un paso mas allá: «Le decís mogólicos a los que no piensan como vos».
¿Le conviene a Milei recuperar el «personaje» pre PASO?: lo que mostró en el debate .
Milei fue más agresivo con Bullrich que con Massa, a quien el comentario más duro que le arrojó fue referido a los sospechados vínculos entre el kirchnerismo e Irán, en el marco del reciente ataque contra Israel, pero con ello hasta el dio la oportunidad al ministro de Economía de despegarse de esa mirada sobre el oficialismo y prometer que si es elegido declarará a la agrupación Hamas como «terrorista».
Milei fue incomodado por Bullrich y trató de recuperar el perfil que lo destacó antes de las PASO.
En cambio, a la candidata de Juntos por el Cambio llegó a tratarla de «montonera asesina».
Y es que las críticas y cuestionamientos que le lanzó Bullrich a lo largo del debate lo incomodaron especialmente en la ronda de preguntas cruzadas, donde se trabó un poco al tratar de defender su alianza con el sindicalista Luis Barrionuevo, por ejemplo.
El candidato de La Libertad Avanza no se lució en ninguno de los bloques temáticos con ideas o propuestas novedosas. En cambio, brindó explicaciones con el tono profesor mezclado con crítico feroz de una «casta política» causante de todos los problemas que lo caracterizó durante sus años como panelista invitado a los programas de televisión.
A diferencia del debate anterior, donde se cuidó un poco más, Milei volvió al tono elevado y agresivo que por momentos se vuelve burlón, como cuando criticó a Bregman por defender la reducción de la jornada laboral como mecanismo para generar más empleo («Maravilloso, ¿por qué no la llevamos a una hora? Va a haber empleo para todos») muestra el flanco más débil de Milei: un temperamento inestable.
Sin embargo, no se puede perder de vista que ese «personaje» construido durante los últimos 6 o 7 años en las redes sociales y los estudios de televisión fue el que terminó por convertirlo en la revelación de estas elecciones al imponerse por un escaso margen en las PASO de agosto. De esta forma, Milei pareció ir a lo seguro.
Lo mostró con claridad en sus palabras de cierre, cuando apeló al discurso que toca una fibra sensible del electorado: el malestar general con la política por la marcha del país. «Este debate como el anterior termina siendo una pantomima irritante.
Los políticos que hace 40 años se enriquecen se citan en televisión para explicar cómo van a solucionar los problemas que ellos mismo han causado», lanzó el libertario.
De esta manera, empieza a tratar de recuperar el estilo que lo llevó a una victoria, ajustada pero victoria al fin, en las PASO, antes de la «moderación» o la «racionalidad» que su equipo de campaña le empezó a poner luego de aquel resultado sorpresivo.
Massa se amparó en las propuestas pero quedó a la defensiva frente a Bullrich y no logró polarizar con Milei
Massa, a la defensiva y en «off side»: ¿cuál fue el paso en falso del ministro-candidato?
Massa fue el que menos arriesgó.
Se apegó al plan de presentar propuestas como la creación de una agencia federal que intentará emular al FBI y poner su gestión pasada en Tigre como en materia de seguridad como ejemplo de lo que puede hacer a nivel nacional, al tiempo que trató de defenderse en materia económica y de producción con las recientes medidas de devolución del IVA y eliminación del Impuesto a las Ganancias para empleados.
El candidato de Unión por la Patria volvió a plantear su idea de armar un «gobierno de unidad nacional» si llega a la Presidencia y a presentarse como la cabeza de una «etapa nueva» del peronismo como oficialismo, en una muestra de que no le sobra nada de cara a octubre cuando la oposición lo cerca con críticas por la economía y por escándalos como el de Insaurralde.
Massa intentó polarizar con Milei pero tuvo menos éxito que en el debate anterior.
El punto más alto en este sentido quiso conseguirlo después de la burla del libertario a Bregman: «Javier hasta acá llegaste, dejá de faltarle el respeto a las mujeres (…) muestra tu rasgo autoritario«.
Sin embargo, Bullrich también le pegó al economista por ese costado y, de pasada, le retrucó al ministro: «No necesitamos que nos defiendas, nos defendemos solitas».
Si bien evitó entrar en el cambio de chicanas, se vio forzado por la insistencia de Bullrich en hablar de la «corrupción kirchnerista» y, tras la agresiva pregunta de la candidata sobre «cuándo van a dejar de afanar», se despachó: «Ser vulgar o hablar canyengue no te va a hacer ganar la elección (…) no alcanza para corregir la mala performance electoral que estás haciendo».
Sin embargo, el candidato oficialista tuvo un desliz notable cuando le recordó a Bregman que el Frente de Izquierda votó varias leyes con el oficialismo y le preguntó: «¿De verdad para vos es lo mismo Milei que nosotros?»
Massa mostró así su interés por atraer a votantes de izquierda (o retener a los que eligieron a Juan Grabois en las PASO) pero salió mal parado.
La respuesta de la candidata del Frente de Izquierda fue lapidaria: lo acusó directamente de «armarle las listas a Milei», dijo que cuando llama «a la unidad nacional» se «olvida» de la izquierda y, mirando a cámara (a los votantes), lanzó: «Si querés enfrentar a la derecha votá a la izquierda, porque ellos ya gobernaron y fracasaron y ahora le arman las listas».
Tras ello, Bregman remató: «No estamos en un balotaje Sergio, no te apures».