La reducción de las emisiones de CO2 y otros GEI de los viajes corporativos en avión es una de las formas más eficaces de reducir significativamente el impacto climático de la aviación en esta década.

Mientras, al mismo tiempo, se sigue trabajando e investigando en el potencial de los combustibles sostenibles para aviación (SAF, por sus siglas en inglés) y los aviones propulsados con hidrógeno y electricidad de fuentes de energías renovables.                                             

Con menos viajes de negocios y más trabajo en remoto, las empresas y sus empleados tienen la oportunidad de innovar a la hora de colaborar, haciendo que los viajes necesarios tengan un auténtico propósito.          Y así encontrar un mayor equilibrio entre el trabajo y la vida personal, como ya se experimentó durante la pandemia.