CONTANDOESTRELAS
El correísmo se alió con los narcoterroristas de las FARC y les toleró en ese país.
Este martes, Ecuador ha sufrido un grave estallido de violencia por parte del crimen organizado, que pretende doblegar al Estado ecuatoriano.
*Asesinado Fernando Villavicencio, candidato de centro-derecha a la presidencia de Ecuador.
*El comunista Gustavo Petro, el narcotráfico y el aplauso del que sólo Vox se desmarcó.
Una grave ola de violencia en Guayaquil
Este estallido de violencia ha dejado ocho personas asesinadas en Guayaquil, en una ola de terrorismo que ha incluido asesinatos de policías y de funcionarios de prisiones, asaltos a cinco hospitales, una universidad, bancos y comercios, e incluso a un canal de televisión cuanto emitía en directo.
Los vínculos entre la izquierda correísta y el crimen organizado.
Estos hechos han tenido precedentes tan graves como el asesinato del candidato de centro-derecha Fernando Villavicencio, en Quito, a la salida de un acto político.
Un crimen con un claro trasfondo político: el asesinado había denunciado los vínculos del Movimiento Revolución Ciudadana de Rafael Correa con el narcotráfico y con los narcoterroristas de las FARC.
Finalmente, en las elecciones presidenciales celebradas el pasado verano, el vencedor fue Daniel Noboa, candidato de centro-derecha, y la izquierda salió derrotada.
El nuevo presidente está actuando con mano dura contra el narcotráfico, y en respuesta el crimen organizado ha desatado la ola de violencia que está viviendo Ecuador.
La situación actual que vive el país tiene su origen en el mandato de Rafael Correa (2007-2017) y sus sucesores afines.
Correa, actualmente huido en el extranjero y acusado por cargos de corrupción, permitió operar a los terroristas comunistas colombianos de las FARC en Ecuador, y a cambio las FARC llegaron a financiar la carrera política de Correa, convirtiendo a Ecuador en un narcoestado.
Los lazos entre la izquierda y el narcotráfico en otros países.
El de Ecuador no es el único caso parecido que hay en Hispanoamérica.
Otros regímenes de izquierda también han fomentado el narcotráfico:
Lo ha hecho el comunismo en Cuba, sus aliados del socialismo bolivariano en Venezuela, el comunismo sandinista en Nicaragua, la izquierda de AMLO en México, el comunismo del FMLN en El Salvador y la izquierda peronista en Argentina, todos ellos degragando a sus respectivos países y hundiéndolos en la miseria.
Los vínculos del comunista Gustavo Petro con el narcotráfico podrían llevar a Colombia por la misma vía.
Esos lazos entre la izquierda y el narcotráfico han ido creciendo en una espiral peligrosa y que ya sufren millones de personas: los regímenes de izquierda toleran el narcotráfico y se benefician de él, obteniendo una vía de enriquecimiento ilícito para sus élites; los narcos controlan la sociedad, a menudo enredándose en las propias estructuras del Estado y financiando las campañas electorales de los candidatos izquierdistas (allí donde todavía hay elecciones libres: no es el caso de Cuba y Venezuela), y el círculo vuelve a empezar.
La guerra al narcotráfico en El Salvador, Ecuador y Argentina.
¿Es posible salir de esa espiral?
Sí. Pero no es fácil.
Enfrentarse al crimen organizado exige mano dura.
Es lo que se han propuesto Nayib Bukele en El Salvador, Daniel Noboa en Ecuador (que ha tenido que movilizar a las Fuerzas Armadas contra los criminales) y Javier Milei en Argentina.
Lo que otros han estropeado durante años precisa ahora de políticos muy firmes para no doblegarse ante el chantaje del crimen organizado, que desea poder volver a medrar en regímenes izquierdistas.
Un problema que se cierne sobre España a través de la inmigración masiva.
Ese grave problema podría saltar a Europa, y concretamente a España, gracias al narcotráfico y a la inmigración masiva En España ya hay más de 400.000 inmigrantes procedentes de Ecuador.
Muchos de ellos son personas que llevan una vida honrada y que aceptan los trabajos más humildes.
No merecen ser estigmatizadas por su origen.
No obstante, entre ellos y entre personas de otros países de Hispanoamérica han llegado criminales de todo tipo.
Actualmente, el problema de las llamadas «bandas latinas» va en aumento en España, al mismo tiempo que el grado de violencia que emplean y su transformación progresiva en formas de crimen organizado, vinculadas a negocios ilegales como el narcotráfico y la prostitución.
Un cóctel peligroso de un gobierno débil y aliado con la ultraizquierda.
En España se da otro ingrediente para que eso dé lugar a un cóctel peligroso: un gobierno apoyado en partidos de extrema izquierda que son aliados de las dictaduras de Cuba y Venezuela, es decir, de regímenes que viven del narcotráfico.
Se trata, además, de un gobierno débil y que se deja mangonear por delincuentes, incluso a costa de poner en grave peligro al Estado de Derecho en España.
Se trata, además, de un gobierno que pretende abrir nuestras puertas a todo el mundo, en vez de por poner freno a la inmigración ilegal y a los graves problemas sociales y de inseguridad que genera.
Con estos ingredientes, España tiene todas las papeletas para acabar siendo el Ecuador de Europa.