HOJA DE RUTA PARA CHEQUEAR EL FUNCIONAMIENTO CORRECTO DE UN TAMBO .

 

 

Mega tambo de Bulgheroni | Gateway to South America

El responsable máximo debe atender los problemas diarios de la producción, pero también tiene que desarrollar una visión más amplia que incluya la motivación del personal, indicadores de       resultados y fijación de objetivos de mediano y largo plazo.

Es muy frecuente en los tambos que los máximos responsables dediquen mucho tiempo a cuestiones productivas puntuales, como nutrición, reproducción, calidad de leche, crianza de los terneros, etc.        Esa conducta está bien y debe continuar, porque es condición necesaria pero no suficiente.                                                                          Es preciso que también le dediquen tiempo a la organización de un buen equipo de trabajo, a la fijación de objetivos y a la planificación estructural de la empresa para el corto  y mediano plazos.                  Muchas veces se invierte más en solucionar los problemas cotidianos que en motivar al personal para que “se ponga la camiseta” o para proporcionarle instalaciones y equipamiento adecuado para la vida en el campo.                                                                                                             

Así, a veces se atiende lo urgente y se  posterga lo importante.
Según la visión de Mauro Gorgerino, asesor de Select-Debernardi, ese comportamiento empresario debería cambiar porque “si se trabaja bien en los temas estructurales de la  empresa se consiguen buenos resultados en las cuestiones cotidianas”.

Cinco puntos por revisar
A partir de una larga experiencia con muchos tambos de la región central, Gorgerino enumera  la siguiente hoja de ruta como metodología para diagnosticar el funcionamiento correcto un establecimiento lechero. Desarrolla un enfoque global, sistémico, que mucha veces “se deja para  después”, obligados a solucionar “la diaria”.
1. Recursos e infraestructura.                                                               En todos los tambos, pero sobre todo en los medianos y  grandes, es prioritario el análisis de los recursos disponibles para la producción y la
revisación de la infraestructura, para ver si es acorde con la escala productiva necesaria para cumplir los objetivos y metas de la empresa.
2. Equipo de trabajo.                                                                                      Luego, hay que evaluar la cantidad de personas que trabajan en el campo y su distribución por áreas.                                                                  “Es muy importante explorar la situación personal  de cada operario (familiar, laboral, económica) y determinar si cada trabajador tiene
definido su rol dentro de la empresa de acuerdo a su formación”, resalta Gorgerino.
Obviamente, es imprescindible asegurarse que se trabaja en equipo, y que hay adecuada comunicación entre las personas de distintas áreas y con los cargos superiores.
3. Objetivos claros.                                                                                        En un tambo eficiente, el máximo responsable debe comunicar cuáles son las metas de la empresa (rentabilidad, prestigio, crecimiento en volumen,  expansión con otras producciones, etc.).                                      En función de esos objetivos se pueden establecer índices para los ejecutores del sistema, que permitan saber qué resultados se esperan de cada área.                                                                                                            Por ejemplo, “si se busca ser eficiente con el uso de los insumos y de los medicamentos, y en el consumo de alimentos por cabeza, se debe    explicar por qué y para qué se plantea cada objetivo, para que todos entiendan cual es  el camino”, aconseja Gorgerino.
Por otro lado, si en determinado momento la empresa decide no invertir en la producción, “explicar a los ejecutores por qué se toma esa decisión es importante, porque muchas veces tienen otra visión del negocio y, si no están convencidos, lo pueden hacer con  mala predisposición”, alerta.
“Muchas cuestiones se pueden detallar, pero lo importante es comunicar a las personas por qué hacemos lo que hacemos; de esa manera estamos todos involucrados y se pueden establecer y medir índices productivos, como el peso de salida de los terneros de la guachera, la calidad de la leche entregada, el desperdicio de alimentos, etc.”, resume Mauro.
4 Gestión de la información.                                                                    En algunos tambos no se recopilan suficientes datos; en otros, se registra mucha información pero no se aprovecha plenamente porque “no hay tiempo” para interpretarla.                                                                  Frente a eso, Gorgerino recomienda enfáticamente analizar los datos recopilados para tomar decisiones coherentes.                                            También aconseja comparar los índices productivos de la empresa con otros de establecimientos similares.
Los índices más relevantes, además de los productivos, serían Análisis del Costo de Producción, Gestión de Áreas (agricultura-leche-carne), Costo Laboral, Amortizaciones, Rendimientos Agrícolas Destinados a la Producción de Leche, Inversiones Programadas vs. Realizadas, etc. Todo registrado y analizado mediante softwares especiales, como el
Uniform para la producción lechera y con herramientas específicas para cada área productiva y/o contable.

5. Utilización de los datos.                                                                    Con los datos procesados, hay que generar reuniones con directivos para la toma de decisiones importantes.                                                          En esas instancias, los decisores deben considerar las cuestiones políticas y económicas nacionales e internacionales y las oportunidades financieras o de negocios ocasionales que mejoren la rentabilidad del  sistema.                                                                                                            Las reuniones también deben servir para anticipar posibles situaciones de
riesgo y eventualmente ser el punto de partida para la proceso de adaptación a los cambios que ocurran externamente en el terreno productivo y comercial.
A modo de síntesis, el técnico de Select- Debernardi dice que “tenemos que seguir dedicando esfuerzos cotidianos a preñar las vacas y evitar la muerte de terneros en la guachera, pero no podemos quedarnos solo en eso: hay que levantar la vista hacia la organización empresarial del tambo, a diferencia de lo que ocurre en algunos casos donde
la producción lechera se considera como una actividad meramente artesanal”.
Según Gorgerino, de cara al futuro la actividad lechera va quedar en manos de los que tengan expertisse.                                                              Y define expertisse como la “experiencia que tiene un equipo de trabajo y el conocimiento de cómo hacerlo, sumado a las herramientas de software y hardware”.

Es un informe del : Ing. Agr. Carlos Marin Moreno