LA MOMIA DE LOS HIELOS CAMBIA DE LOOK.-

El Boletín de Materia

La momia de Ötzi, el hombre del hielo, en el estado original en que se encontró.

La momia de Ötzi, el hombre del hielo, en el estado original en que se encontró. / MUSEO ARCHEOLOGICO DELL’ALTO ADIGE

¡Saludos! Este es el boletín semanal de Materia, la sección de ciencia de EL PAÍS.                                                                                                              Hoy os contamos cómo la genómica ha desmontado la imagen que teníamos de Ötzi, el hombre de los hielos que fue descubierto momificado en un glaciar de los Alpes en 1991.                                            Un nuevo estudio de su genoma nos dice que ni era blanco ni melenudo.                                                                                                        Este cambio de imagen nos abre una nueva perspectiva y nos lleva a reflexionar sobre nuestros orígenes, igual que hizo Kendrick Lamar con este vídeo de su temazo del verano pasado, una particular revisión del mítico Black or White.

La momia de los hielos cambia de look

Desde su descubrimiento en 1991 la momia europea más famosa, que conocemos como Ötzi, no ha parado de sorprendernos y de revelar información cada vez que se somete a un nuevo estudio científico. En 2012 se publicaron los resultados del primer análisis de su ADN nuclear de Ötzi, que reveló que tenía ojos marrones, su grupo sanguíneo era el 0 y era intolerante a la lactosa, como la inmensa mayoría de los europeos de entonces. También se estableció que era descendiente de los pobladores de las estepas del este. La investigación no decía nada del color de la piel ni el cabello, como nos cuenta mi compañero Miguel Ángel Criado, pero desde entonces la imagen de este hombre prehistórico ha sido la de un aventurero o cazador de piel clara y melenudo:

Hace una década, se secuenció por primera vez el genoma completo del llamado hombre de los hielos. Alimentada por aquellos datos y por algo de imaginación, su apariencia era más la que han dibujado las películas de los prehistóricos que la que debió tener en realidad. Ahora, un nuevo estudio genético concluye que probablemente era calvo, tenía la piel muy oscura y sus ancestros eran agricultores que vinieron desde Anatolia, la actual Turquía.

En realidad, esa imagen de cazador melenudo y blanco que teníamos de Ötzi tiene más que ver con la imaginación o prejuicios de los artistas que con lo que ahora sabemos de cómo eran nuestros ancestros europeos del Neolítico. Nos lo recuerda Johannes Krause, autor del estudio e investigador del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva:

“Hemos descubierto durante la última década que la piel clara solo se extendió masivamente en los últimos 5.000 años, probablemente como una adaptación a la agricultura. Hace 8.000 años todos los europeos occidentales y centrales tenían la piel oscura”

Boceto del cambio de 'look' de Ötzi, según los autores del estudio.

Boceto del cambio de ‘look’ de Ötzi, según los autores del estudio. /                     MPI-EVA LEIPZIG.

Ötzi fue asesinado de un flechazo, hace entre 5.373 y 5.143 años, y cuando su momia fue recuperada del hielo en 1991, presentaba ese característico color oscuro, pero siempre se había pensado que fue el propio proceso de momificación lo que oscureció la piel de Ötzi. Ahora sabemos que aquel hombre se parecía a su momia mucho más de lo que creíamos. Su piel ya era oscura y el nuevo análisis de su genoma nos revela también que pertenecía a una comunidad agricultora y que tenía una dieta vegetal, en lugar de ser un cazador-recolector:

“Hay variantes en los genes que son polimórficas en humanos, donde una variante proporciona una mejor adaptación a una dieta rica en grasas animales (en los inuit, por ejemplo) y otras son mejores para digerir la grasa vegetal. El hombre de hielo tenía estas últimas. Estaba mejor adaptado a una dieta basada en plantas, lo que generalmente acompaña a un estilo de vida agrícola”, detalla Krause.

Los nuevos datos revelan una variación genética hace que los hombres que la portan se queden calvos mucho antes de llegar a la vejez.               

Por eso descubrimos ahora que muy probablemente era calvo, pues Ötzi murió a la edad aproximada de 46 años, que en el Neolítico era una edad avanzada. La clave de estos nuevos detalles, que se suman a los que ya conocíamos y que contradicen algunas de las conclusiones del estudio previo de ADN de la momia, está en la nueva metodología empleada para estudiar las muestras, obtenidas del mismo hueso que en 2012. Y es que, como nos cuenta Miguel Ángel Criado en su noticia, la tecnología que hay hoy al servicio de la ciencia no es la misma que la de hace una década.