La semana pasada, Moscú acusó a Reino Unido de proliferar armas nucleares cuando este anunció el envío de tanques Challenger 2 junto con proyectiles de uranio empobrecido.
E debate entre Rusia y Occidente de si Reino Unido enviará armas nucleares a Ucrania sigue estando a la orden del día. La semana pasada, Moscú acusó a Londres de proliferar armas nucleares cuando este anunció el envío de tanques Challenger 2 junto con proyectiles de uranio empobrecido. Londres lo niega y el Centro para el Control de Armamentos y la No Proliferación Nuclear lo corrobora.
John Erath, director principal de Política dentro de esta entidad, explica: «No se consideran (los proyectiles de tanque con uranio empobrecido) armas nucleares. No tienen un componente nuclear. Por tanto, no están cubiertos por los tratados de no proliferación nuclear. Estarían sujetos a las mismas restricciones de control de las exportaciones que cualquier munición convencional… Por lo tanto, la afirmación rusa de que esto es de alguna manera transferir una capacidad nuclear es completamente incorrecta».
Según los expertos, el Kremlin es muy consciente de ello, sobre todo porque también hay proyectiles de uranio empobrecido en el ejército ruso. Sin embargo, Moscú aprovechó la ocasión para lanzar otro episodio de «amenaza nuclear».
«Rusia está diciendo que al usar algo que una mente dispuesta podría relacionar con armas nucleares, eso aumenta la posibilidad de que nosotros, Rusia, usemos un arma nuclear. Así que esto ha sido un patrón casi desde el comienzo de la guerra, donde vemos estas amenazas de que el apoyo continuo de Occidente a Ucrania podría conducir al uso de armas nucleares», declara Erath.
El Centro para el Control de Armamentos y la No Proliferación Nuclear alerta de que estos proyectiles sí suponen un peligro, sobre todo sus restos. Al atravesar el blindaje, el núcleo de uranio se convierte en polvo fino, formado en gran parte por óxidos de uranio. Si se inhala o ingiere, este polvo puede causar graves consecuencias. En particular, los soldados de varios países europeos que participaron en misiones de mantenimiento de la paz en la antigua Yugoslavia en los años 90 se quejaron de malestar, cuando Estados Unidos utilizó proyectiles de aviación con uranio empobrecido.