Massa vs Milei. Belleza . . .

Antes que nada, corresponde felicitar a los peronistas por haber logrado que este inolvidable gobierno de Alberto y Cristina siga siendo

competitivo, ahora con Sergio Massa como cabecilla.

Hay que decir que la movida que hicieron fue impresionante.  Un poco cara, pero valió la pena.

Un buen par de puntos del PBI arrojados a la tribuna siempre rinden.

Tal vez se podrían haber ahorrado el yate de Insaurralde, las joyas y la tanguita para la liberación pero, siendo prácticos, está bien que no hayan escatimado en gastos.

Nunca se sabe cuales son las cosas que provocan admiración y, por ende, suman votos.

Massa vs Milei. Belleza.

Finalmente tendremos un balotaje entre el Tigre y el León.                                                                                      Cosas lindas que pasan en la democracia argentina.

Massa vs Milei. Belleza.Sergio Massa y Javier Milei.De acá sale nuestro próximo presidente. Foto AFP

Hay que decir que la movida que hicieron fue impresionante.    Un poco cara, pero valió la pena.

Un buen par de puntos del PBI arrojados a la tribuna siempre rinden.

Tal vez se podrían haber ahorrado el yate de Insaurralde, las joyas y la tanguita para la liberación pero, siendo prácticos, está bien que no hayan escatimado en gastos.

Nunca se sabe cuales son las cosas que provocan admiración y, por ende, suman votos.

No menos asombroso ha sido lo del León. 

Pasó de la nada a meterse en un balotaje, mano a mano, contra el kirchnerismo.

Sumado a eso, el mérito de haber dejado afuera a esa amplia coalición formada por el PRO, la UCR, la CC, el GEN, el peronismo republicano y demás mutuales.                   

En términos históricos, lo de Milei constituye una locura impensada, en el más amplio sentido de la expresión.                                                                    Por su parte, lo de JxC quedará para un análisis futuro. ¿Cómo puede ser que gente que hace las cosas tan bien haya terminado tan mal?                                    

Raro.

En tren de arriesgar alguna hipótesis sobre el tema podríamos parafrasear a Churchill:

hacía mucho que no se veía a tantos genios juntos equivocándose tanto en tan poco tiempo.

Cabe destacar también la performance electoral de Schiaretti que duplicó sus votos y cuya campaña deja una lección: si los sabés aprovechar, los debates presidenciales sirven mucho más de lo que todos creen.

Dicho esto, vamos a lo importante: tenemos balotaje. Finalmente será Massa versus Milei. Cosas lindas que pasan en la democracia.

Es obvio que una parte de los argentinos está feliz porque llegan a la final con candidato propio. El resto, o sea los votantes de los candidatos que no llegaron, van a tener que optar por alguna de las dos joyitas que quedaron.

Lo primero que debemos entender es qué un balotaje se trata justamente de eso: hay que optar.

En una primera vuelta los ciudadanos elegimos a nuestro candidato preferido.

Difícilmente haya un candidato ideal pero, entre tantas opciones que se ofrecen, siempre hay un inútil que te representa mejor.

En cambio, en el balotaje, hay que elegir entre dos opciones que lograron una mayoría exigua.

Expliquemos.

Si bien Massa sacó el 36% y Milei el 30%, todo es relativo. Considerando el padrón de ciudadanos habilitados para votar, o sea los 35.912.841 ñatos, en realidad Massa fue votado por el 26,8% y Milei por el 21,9%. Esto significa que el 48,6% de los ciudadanos llegan al balotaje con el candidato elegido mientras que el 51,4% restante, o sea los que votaron por Bullrich, Schiaretti, Bregman, voto en blanco, feta de salame o directamente ni fueron, están atrapados en una dramática disyuntiva existencial: ¿y ahora a quién carajo voto?

Ya no tienen varias opciones como en la primera vuelta, sino que deben optar entre sólo dos: Massa y Milei. Belleza.

O sea, habrá que elegir entre un tránsfuga kirchnerista que anda por la vida vendiendo humo y tratando de engañarnos disfrazado de John Fitzgerald Kennedy y un delirante desquiciado que directamente se cree John Fitzgerald Kennedy para ser original, porque chiflados que se creen Napoleón ya hay demasiados.

Todo esto dicho así para ser claros y sintetizar, pero con todo respeto y cariño para con los queridos amigos Sergio Massa y Javier Milei a quienes desde acá felicitamos, les deseamos toda la suerte del mundo y les mandamos un besito a ellos dos, a Malena, a Fátima y a Conan que nos guía desde el cielo.

Frente a este escenario de balotaje y ante la angustia generalizada, hagamos un poco de docencia.

Veamos.

Si votás a Massa no hay dudas de que estás votando a Massa y si votás a Milei es obvio que estás votando a Milei.

Hasta acá es fácil.

Ahora dado que sólo hay dos opciones y que el voto en blanco no se computa, hay que saber que si votás en blanco estás votando indirectamente por el que sacó más votos, o sea por Massa.

Si impugnás el voto con una feta de salame también estás votando por Massa y si te quedás en tu casa indignado y enfurecido, aunque no lo quieras, también estás votando por Massa.

Para hacerlo más claro: si todos los que no votaron a Massa o a Milei se quedaran en sus casas o votaran en blanco, ganaría Massa con los 9.645.983 votos que ya tiene contra los 7.884.336 de Milei. 

En otras palabras, te guste o no te guste, hagas lo que hagas, vas a estar votando por Massa o por Milei.

No hay otra opción.

De hecho, aunque el domingo 19 te caigas fulminado en el momento en que estás por entrar al cuarto oscuro, muerto y todo, habrás votado por Massa porque seguís estando en el padrón.             

Es como quedarte en casa, pero sin pulso.

Alguno podrá pensar que la opción de votar en blanco, impugnar o no ir es una sesuda y elaborada expresión de repudio político al status quo imperante en esta sociedad decadente que denigra y somete al soberano. 

Todo muy lindo, pero a los efectos prácticos, nos chupa un huevo: votaste por Massa.

Puede no tener nada de malo, pero es mejor saberlo.

Esta es la razón por la que el gobierno se niega a levantar el feriado del lunes 20 y mantiene el fin de semana largo.

Cada votante desanimando de JxC que se vaya a la costa (si consigue nafta) le suma a Massa.

La dirigencia derrotada empezó a moverse. 

Arrancaron el Gato y Bullrich expresando su apoyo a Milei.

¿Será que Macri se siente culpable por lo que hizo como líder de JxC y ahora busca revancha apoyando a Milei?

¿O será que después de destruir JxC, le agarró el gustito y ahora va a intentar destruir al León?

Por su parte, los otros cráneos de JxC como Larreta, Morales, Lilita, Lousteau, Yacobitti y compañía se ofendieron con Macri y se declararon “neutrales”.

Como acabamos de explicar, ser “neutral” es votar por Massa. 

No tiene nada de malo, pero sería bueno que lo aclaren.

Una fuerza política puede declararse neutral, pero una persona física está obligada a optar. No hay neutralidad posible y ellos lo saben

¿Apoyan a Massa por convicción y en defensa de la memoria de Don Raúl, tantas veces atacado por Milei?

Sería raro que los radicales ahora anden preocupados por un par de insultos de Milei después de haberle permitido al kirchnerismo robarse las banderas de Alfonsín durante 20 años.

Macri se juntó con Milei y se lo contó al mundo.

En cambio Larreta, Morales, Yacobitti y otros inversores  juegan al truco con cuanto operador político-comercial circula por ahí y no se lo cuentan a nadie.

Tienen tantas convicciones como ganas de cambiar el auto.   

Entre todos juntos no hacen más que seguir restando.

Son grandes especialistas en desaprovechar oportunidades.

El fútbol lo explica más fácil:

Boca va a jugar la final de la Libertadores porque en las series de penales, además de tener un arquero que los ataja, tiene ejecutantes que los meten.                                               

Los jugadores de Cambiemos o como corno se llamen, hace 8 años que cada vez que les dan un penal la tiran arriba del travesaño.

Por eso en 2019 volvió Cristina y en 2023 ganaron Milei y Massa, que es Cristina.

¿Que hacemos entonces, amigo lector?

Calma. Todavía hay preguntas sin respuesta.

¿Querrá Cristina que gane Massa?

¿La dará vuelta el Gato?

¿Aceptará Alberto la oferta laboral de Car One?

Ya se lo dije la semana pasada: esto recién empieza.

ALEJANDRO BORENSZTEIN.