Una persona observando el perfil de la Vía Láctea y el firmamento. Foto: Greg Rakozy | Wikimedia Commons. Tras alcanzar la Luna nueva el brillo de nuestro satélite irá aumentando, llegando a la fase de Luna llena, o tan cerca de ella como sea posible pues recordemos que la luna llena no existe, el día 27 de noviembre, ya casi a final del mes.
Constelaciones.
A medida que avanza noviembre, decimos adiós a las constelaciones que nos recuerdan el verano, como la Lira, el Cisne y el Águila.
Pero no todo es despedida: desde el comienzo de la noche, nos saludan constelaciones como Orión y los Canes Mayor y Menor.
Sirio, la estrella más brillante del cielo, se convierte en protagonista.
De hecho, después del Sol, la Luna, Júpiter y Venus, Sirio es el objeto más luminoso que podemos apreciar.
También durante las primeras horas de la noche, las constelaciones zodiacales de Tauro, Géminis, Cáncer y Leo hacen su aparición. Aunque son conocidas por formar parte del zodiaco, estas constelaciones pueden ser un desafío para identificar en comparación con otras más destacadas como Orión o Casiopea.
De Tauro, es fácil reconocer la cabeza, con Aldebarán, su ojo brillante y anaranjado, y el cúmulo de las Pléyades cercano.
Géminis se distingue por Castor y Pollux, representando las cabezas de los gemelos.
Cáncer no posee estrellas que destaquen mucho, mientras que Leo nos muestra a Régulo, simbolizando la pata delantera del león que representa.
Oposición de Júpiter y Urano.
La oposición es un evento astronómico que ocurre cuando un planeta exterior, es decir, aquel que orbita más allá de la Tierra en nuestro sistema solar, se alinea directamente con la Tierra y el Sol. Durante este alineamiento, el planeta, la Tierra y el Sol forman una línea recta, con la Tierra situada en el centro.
En este momento, el planeta está en su punto más cercano a la Tierra, lo que facilita su observación, haciendo que parezca más grande y brillante en el cielo.
Además, porque está completamente iluminado por el Sol desde nuestra perspectiva, el planeta aparece especialmente brillante en el cielo nocturno. Durante la oposición, el planeta es visible durante toda la noche: surge por el horizonte este al atardecer, alcanza su punto más alto en el cielo cerca de la medianoche y se pone por el oeste al amanecer. Este fenómeno es esencial para la observación de los planetas más distantes y los cuerpos más pequeños ya que, cuando están en oposición, los detalles de estos objetos se pueden observar y estudiar con mayor claridad debido a su incrementado brillo y tamaño aparente.
En noviembre concretamente podremos disfrutar de dos oposiciones planetarias.
Por un lado tendremos la de Júpiter, que sucederá el día 3 de noviembre y la de Urano, que será el 13 de noviembre.
La oposición técnicamente ocurre en un segundo concreto, en el que los tres astros forman exactamente una línea recta.
Sin embargo sus virtudes podremos disfrutarlas durante más tiempo. .
No solo toda la noche, sino durante varios días.
La oposición de Urano será especialmente interesante, pues coincidirá con la fase de Luna nueva de este mes, dejándonos un cielo especialmente oscuro y propicio para la observación astronómica.
Para observar Urano es imprescindible utilizar binoculares potentes o un telescopio pequeño o de lo contrario no seremos capaces de percibirlo.
Referencias:
- Agenda astronómica: Año 2023 – astronomia.ign.es
- Eric Chaisson, Stephen McMillan, 2017, Astronomy Today, Prentice Hall.