Hospital de Gaza. Foto RTVE.
Morgue del Hospital de Gaza. Foto Arab News.
MUCHOS MEDIOS ESTAN PORTANDOSE . . . COMO ALTAVOCES DE LOS TERRORISTAS.
Difunden los bulos de Hamás sin hacer ningún esfuerzo para verificarlos
Por : ELENTIR.
En los últimos años se ha hablado mucho de «terrorismo informativo», una expresión que se ha usado muy pocas veces en Contando Estrelas.
Un cohete de la Yihad Islámica cae sobre un hospital en Gaza y Hamás culpa a Israel.
Las mentiras de sangre que el antisemitismo usa para alimentar a los terroristas de Hamás
Actúan como portavoces de Hamás y contribuyen a inflamar a los musulmanes.
La razón por la que recurro muy poco a esa expresión es porque mi Patria ha vivido décadas de terrorismo de ETA y no quiero contribuir a banalizar esa palabra.
Pero lo que hemos vivido en las últimas horas sí que merece ser calificado como «terrorismo informativo», aunque sólo sea porque muchos medios de comunicación y muchos periodistas se han acabado comportando como altavoces de los terroristas de Hamás, contribuyendo a su estrategia de desinformación, que tiene como propósito, en gran medida, inflamar a las comunidades musulmanas para generar estallidos de violencia en distintos países.
El caso del hospital de Gaza en el que impactó un cohete palestino.
Lo que ocurrió ayer en Gaza, según apuntan todas las pruebas, es que terroristas palestinos intentaron asesinar a ciudadanos israelíes mediante el lanzamiento masivo de cohetes, como vienen haciendo desde hace años sin que muchos medios presten atención al terror diario que viven los habitantes de Israel.
Uno de esos cohetes impactó en un hospital de Gaza y los terroristas de Hamás culparon a Israel, añadiendo la mentira a su larga lista de vilezas de estos últimos días: asesinatos, torturas, secuestros y violaciones.
Muchos medios asumieron la versión de Hamás sin hacer ninguna verificación, presentando en sus titulares como un hecho lo que era, en realidad, una desinformación de una banda criminal.
Algunos políticos difundieron ese bulo en su estrategia de que todo vale para criminalizar a Israel:
Es el caso de las ministras españolas de extrema izquierda Irene Montero e Ione Belarra, que en el momento de redactar estas líneas, horas después de que se haya difundido la verdad sobre lo ocurrido, aún no han retirado sus falsas acusaciones ni han pedido perdón por lanzarlas.
Ya han demostrado que para ellas el odio a Israel importa más que la verdad.
Una escandalosa equidistancia entre un país democrático y un grupo terrorista.
Una vez se han difundido los hechos, algunos medios han optado por una escandalosa equidistancia entre Israel y Hamás, equiparando las mentiras sistemáticas de una banda terrorista con la información contrastada que publica un Estado democrático.
Todas las llamadas que esos medios han hecho contra la desinformación han pasado al olvido, al actuar ellos como agentes de la peor desinformación que puede difundir un periodista, que es aquella que favorece a los planes de una organización terrorista (y no «milicia») como Hamás.
Las consecuencias del bulo de Hamás difundido por muchos medios.
Como resultado de la irresponsabilidad de esos medios, anoche una turba de musulmanes intentó asaltar la Embajada de Israel en Jordania, hubo disturbios en Cisjordania y protestas en otros países árabes.
Hamás se sentirá muy satisfecha con la ayuda prestada por una parte del periodismo occidental, cuya falta de profesionalidad y de escrúpulos viene proporcionado un gran balón de oxígeno a esa banda terrorista después de las atrocidades que cometió el 7 de octubre en Israel.
Criminalizan a un país víctima de un monstruoso ataque terrorista.
Es especialmente repulsivo observar que en sólo diez días, muchos medios han contribuido a criminalizar a un país que fue víctima de un monstruoso ataque terrorista. Sí: eso es terrorismo informativo, porque esa campaña de desinformación servirá para inflamar a millones de musulmanes, lo que podría dar lugar a nuevos ataques terroristas como el ocurrido el lunes en Bélgica.
La sangre de las víctimas no sólo pesará sobre los terroristas, sino también sobre sus propagadistas, ya sean periodistas, políticos, ministros y usuarios de redes sociales.