Una mancha azul sobre el Atlántico Norte indica temperaturas en la superficie del mar más bajas de lo normal y aparece en los mapas de registros meteorológicos durante este año.-
MADRID.- Según los datos de la NOAA, el Atlántico Norte es uno de los únicos lugares del mundo que es anormalmente frío en 2015, sin embargo, va camino de ser el año más caluroso desde que hay registros.
Una persistente mancha azul sobre el Atlántico Norte indica temperaturas en la superficie del mar más bajas de lo normal y aparece en los mapas de registros meteorológicos durante este año.
La llaman la «mancha» del Atlántico. Se trata de un gran un área situada en el Atlántico Norte que está sufriendo una pronunciada tendencia de enfriamiento. La consecuencia es evidente: la superficie oceánica está más fría de lo normal llegando a ser récord en algunos puntos.
En el transcurso del último par de años los científicos se han dado cuenta del desarrollo de la «mancha» y del aumento del enfriamiento en el Atlántico, el cual es completamente opuesto al calentamiento en el Pacífico.
La mancha fría del Atlántico está cerca de Groenlandia, que alberga el 99% del hielo de agua dulce en la tierra, cuyo derretimiento, según afirman los científicos sería la causa de este frío anómalo, informa la CNN. Esta corriente tiene impactos dramáticos sobre nuestro clima a escala mundial. Un estudio reciente llevado a cabo por importantes climatólogos muestra que Groenlandia está experimentando una pérdida masiva de hielo, algo que está alterando la circulación normal del Océano Atlántico, lo que se conoce como Circulación Meridional de Retorno del Atlántico Norte AMOC, por sus siglas en inglés). Podría estar familiarizado con parte de la circulación, la corriente del Golfo, la cual traslada el agua cálida de la superficie hacia el norte por la Costa Este de Estados Unidos y es canalizada hacia los polos. La otra corriente principal en la AMOC es un flujo de retorno de agua fría profunda que corre hacia el sur desde los polos hacia el trópico. Esta corriente tiene impactos dramáticos sobre nuestro clima a escala mundial. El calor y el frío impulsados por la corriente se transfieren a la atmósfera y ayudan a impulsar nuestros patrones del clima. Normalmente, el agua salada fría en el Atlántico Norte desciende, porque es más densa, y es reemplazada por agua cálida que llega desde el sur. Es un proceso similar que impulsa los sistemas de alta y baja presión y una corriente en chorro que impulsa nuestro clima. En este caso, el estudio sugiere que las enormes cantidades que agua dulce que llegan al océano debido al hielo que se derrite en Groenlandia puede impedir que el agua salada densa y fría descienda, y altera la circulación de la AMOC.