COMUNISTA . . . EN MUCHOS MEDIOS OCCIDENTALES. Llaman «presidente» y «elegido» a un dictador en un régimen de partido único .
Una de las costumbres más indignantes de muchos medios occidentales tiene relación con el tratamiento que reciben las dictaduras comunistas.
Tomemos el ejemplo de la mayor dictadura del mundo, la República Popular China. Ayer, su agencia oficial Xinhua publicó este titular cargado de cinismo y de falsedad: «Xi Jinping elegido por unanimidad presidente de China«.
La redacción de la noticia provocaría risa si no estuviésemos hablando de un régimen totalitario: «Un total de 2.952 diputados estuvieron presentes en la tercera reunión plenaria de la primera sesión de la XIV Asamblea Popular Nacional (APN) hoy por la mañana, para ejercer su derecho constitucional de elegir al liderazgo de Estado de China. La votación fue anónima. Estruendosos aplausos estallaron en el Gran Palacio del Pueblo cuando se pronunciaron los resultados de las elecciones«.
Que una agencia oficial de una dictadura se dedique a blanquearla de este modo es algo nauseabundo pero que entra dentro de lo previsible. Lo más pasmoso es que muchos medios occidentales han copiado el titular de Xinhua, diciendo que Xi Jinping ha sido «elegido» como «presidente» de China por unanimidad.
Pues no. Xi Jinping no es un presidente: es un dictador. Su régimen no es nada parecido a una democracia: es una dictadura de partido único donde todo el poder lo ejerce el Partido Comunista de China, la mayor organización criminal del mundo, que lleva gobernando la República Popular China desde 1949 sin haber convocado elecciones libres y democráticas ni una sola vez.
No puede ser «elegido» un dictador allí donde oponerse al gobierno se castiga con la prisión.
Para elegir algo o a alguien hay que tener dos o más opciones.
En China la única opción que hay es la que impone el Partido Comunista, de espaldas al pueblo.
Blanquear la designación antidemocrática de un dictador, presentándola con palabras como las que se usan en los procesos electorales de los países libres y democráticos, es una forma de hacerse cómplice de esa dictadura.
Y estamos hablando, por si alguien lo ha olvidado, de una dictadura que ha matado a millones de personas, que todavía hoy mantiene una red de campos de concentración -el Laogai-, que figura entre los países que más persigue a los cristianos (con el puesto número 16), y que está cometiendo un genocidio contra el pueblo unguir, con acciones que incluyen el internamiento de entre un millón y 1,8 millones de personas en campos de concentración.
Lo que deberían hacer los medios de comunicación de los países libres es informar sobre los abusos y crímenes de esa dictadura, en vez de dedicase a esconderlos y de presentar al dictador como un «presidente» que es «elegido».
Basta ya de ser cómplices de ese régimen criminal.