La indumentaria, adaptada para hombres y mujeres, está diseñada para llevar a cabo las primeras misiones del programa Artemis, con el que la NASA planea enviar astronautas al polo sur de la Luna en 2024.
El ser humano no ha vuelto a pisar la Luna desde 1972, año de la misión Apolo 17. Por eso la NASA se ha puesto manos a la obra con un objetivo muy claro: volver a enviar hombres- y en esta ocasión también mujeres- en 2024. Pero, obviamente, para lograr el objetivo deberán mejorarse los trajes espaciales de los astronautas que se usaron en el pasado, durante las décadas de 1960 y 1970. Y la agencia espacial ha desvelado dos nuevos trajes espaciales para los integrantes de las futuras misiones a la Luna, y por qué no, a Marte.
Sergi Alcalde
Periodista especializado en ciencia, sociedad y medio ambiente.
Se trata de modelos más resistentes, flexibles y seguros, y también más fáciles de manejar en misiones espaciales. Una de las características más destacadas es que serán aptos para ambos sexos, un requerimiento de obligado cumplimiento después del intento fallido de realizar el primer paseo espacial protagonizado solo por mujeres por culpa de un fallo de diseño. Los dos nuevos prototipos están pensados para dar respuesta a momentos distintos de la exploración: la salida y entrada a la atmósfera terrestre y los paseos lunares. El traje de color naranja denominado OCSS, siglas en inglés de Sistema de Supervivencia de la Tripulación de Orión, ha sido diseñado específicamente para proteger a los astronautas en el lanzamiento y regreso a la Tierra, en situaciones de emergencia o en partes de la misión de alto riesgo.
El otro modelo, de color azul, blanco y rojo -los colores de la bandera de Estados Unidos- ha sido bautizado con el nombre de Unidad de Movilidad Extravehicular (xEMU por sus siglas en inglés). El prototipo, presentado al público por Kristine Davis, < foto > una ingeniera de la NASA especialistas en la materia, mejora la movilidad permitiendo incluso el movimiento de la cadera y facilita los paseos espaciales, según han explicado desde la agencia espacial americana
“¿Se acuerdan [del momento] en el que Neil Armstrong y Buzz Aldrin saltaron a al superficie lunar? – apuntó Jim Bridenstine, administrador de la NASA, durante la comparecencia de presentación de los trajes- Parecía que daban saltos de conejo. Ahora seremos capaces de caminar en la Luna de una manera mucho más segura de lo que nos permitían los trajes del pasado». Los prototipos están diseñados para soportar temperaturas de entre 150 y 120 grados bajo cero, y cuentan con un sistema portátil de soporte vital, similar a la que los astronautas usan actualmente en las misiones espaciales. Además de proveer oxígeno y eliminar dióxido de carbono y otros gases tóxicos, ayuda a regular la temperatura, monitorea el rendimiento de todo el equipo y emite advertencias en caso de fallos. Además, proporcionan oxígeno supletorio en caso de que ocurra un accidente de despresurización, y está diseñado para mantener con vida a sus portadores durante seis días. Y, evidentemente, toda la parte electrónica ha sido reducida al mínimo. Los nuevos trajes espaciales incluyen piezas intercambiables que pueden configurarse según las necesidades del momento, ya sea para responder a una caminata espacial en condiciones de microgravedad o para desplazarse en la superficie de un planeta. El mismo sistema central podría usarse para la futura estación espacial Deep Space Gateway (Portal de Espacio Profundo), en la superficie lunar o en Marte.
Entre las principales novedades, destaca la presencia de una escotilla situada en la parte posterior del traje, que los astronautas podrán usar para introducirse en ellos sin necesidad de colocarse todas las piezas una a una. La parte que sujeta los hombros cuenta con mayor movilidad, lo que permite a los futuros exploradores espaciales llegar a lugares antes impensables, algo que redundará considerablemente en la reducción de las las lesiones provocadas con los prototipos anteriores. Otra de las novedades destacadas es la incorporación de una nueva visera protectora transparente que puede intercambiarse con facilidad.
Jim Bridenstine, administrador de la NASA (segundo por la izquierda), junto a Kristine Davis, ingeniera especializada en indumentaria espacial y otros dos ingenieros, presentan los nuevos trajes de la misión Artemis de la agencia espacial.
Este dispositivo, que protege a los astronautas de abolladuras y arañazos provocados por la abrasión o el impacto de las partículas de polvo, podrá reemplazarse cómodamente antes o después de una caminata sin necesidad de devolver la pieza completa a la Tierra para su reparación. En definitiva una serie de mejoras imprescindibles para el futuro de la exploración espacial.