EL CAMPO TRANSFIRIÓ US$175MIL MILLONES PERO HAY 20 MILLONES DE POBRES.
Por : CLAUDIO VACA.
Un 4 de marzo de 2002 se oficializaron las retenciones que fueron reimplantadas con “carácter transitorio” en la República Argentina y que hoy ya llevan 21 años convertidas en un “impuesto” aplicado directamente a los productores agropecuarios.
Las retenciones son básicamente eso, un tributo distorsivo que muestra sus peores efectos en estos momentos, con productores tributando sin saber siquiera, si van a tener una ganancia sobre su inversión y trabajo o peor aún, tributando bajo la línea de sostenibilidad financiera.
Escenario que motivó la primera concentración del campo en una asamblea de las entidades con los productores y en la que se anticipó una marcha a Buenos Aires.
Por eso, el “aniversario” de este “Robo del Siglo” adquiere una mayor dimensión precisamente en un contexto de estimaciones catastróficas no sólo para el sector agropecuario, sino para todo el país.
El Robo en Números.
Según un informe de la Sociedad Rural Argentina (SRA), en el período 2.001–2.022 los productores agropecuarios transfirieron en concepto de retenciones al fisco más de 175 mil millones de dólares.
Sin embargo, la pobreza aumentó en el país, ya que en 2.001 alcanzaba a 16.500.000 personas y en el 2.022 el número llegó a 20.200.000.
En aquel entonces estaban fijadas en el 10% para todos los granos, luego saltaron a 20% y hoy están en el 33% para la soja y 12% para los cereales.
Sin contar con lo que implica el desdoblamiento cambiario, la presión fiscal y el constante cambio de reglas de juego de los distintos Gobiernos.
Además, instauradas “con el objetivo de asistir a los sectores más desprotegidos” no sólo contribuyeron a ponerle un freno al desarrollo no solo del sector, sino también del país.
En este sentido, y como botón de muestra, bien vale hacer referencia al último Censo Agropecuario que determinó que hay 70 mil productores menos. Pasaron de 297.000 a 227.000 en dicho período, detalla SRA en su informe.
El estudio de la entidad además estima que para 2.023 los derechos de exportación representarán unos US$ 8500 millones con alícuotas que van del 4,5 al 33%.
El trabajo técnico realizado por la SRA, demostró que el costo fiscal que ha tenido la implementación del denominado “Dólar Soja” en sus diferentes versiones, “hubiera sido el mismo que reducir a la mitad todas las alícuotas de los derechos de exportación”, señaló la SRA. En efecto, “el dólar soja 2022 tuvo un costo fiscal de U$S 4.437 millones monto equivalente a reducir las alícuotas de retenciones un 52% en promedio”, subrayaron.
Por eso, desde la entidad, convencidos de que la potestad de modificar alícuotas, sacar y crear impuestos es facultad del Poder Legislativo, “les hicimos llegar una propuesta de trabajo a diputados y senadores, para que puedan incluirlo en los temas de debate de la agenda parlamentaria”, explicó Nicolás Pino.
A dónde está la plata.
“En estos momentos, en donde la sequía pega fuerte, las retenciones ponen a los productores al límite de la sustentación económica ya que se aplica la alícuota directamente al precio de mercado o de venta de los productos”, explican desde la SRA.
Con todo lo que lleva transferido el campo y la agroindustria en estos 21 años “ese dinero podría haber sido destinado a hospitales, escuelas, infraestructura, atención a la población, pero esto no sucedió: Se repartieron subsidios en vez de promover la cultura del trabajo y la productividad”. 21 años de retenciones en donde el campo transifrió 175.000 millones de dólares. “Han dilapidado el dinero en reparto de subsidios en vez de promover la cultura del trabajo y la productividad”.
