DE REDACCION GENERAL
La Región Núcleo está experimentando un período de incertidumbre debido a la falta de lluvias. Según el último informe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario, agosto registró un déficit de precipitaciones del 80%, lo que ha generado preocupación entre los productores.
La sequía ha llevado a una situación crítica en la que se necesita con urgencia una cantidad específica de lluvia para garantizar la viabilidad de los cultivos de trigo y maíz, así como para aliviar la presión financiera en el sector.
Los productores de la Región Núcleo están mirando con atención el cielo, ya que se ha establecido un umbral crucial de 30 mm de lluvia que marcará la diferencia en la temporada de cultivo. Esta cantidad de precipitación es esencial para asegurar una cosecha de trigo exitosa y proporcionar ingresos en diciembre para hacer frente a los gastos de alquiler de tierras.
Además del trigo, la lluvia también se necesita para respaldar la siembra de maíz, que está programada para septiembre. Si bien lo ideal sería contar con más de 50 mm a principios de septiembre para una siembra tranquila, los agricultores están dispuestos a sembrar incluso si se obtienen 30 mm, anticipando una mejora en las condiciones climáticas debido al fenómeno de El Niño.
La importancia de las lluvias en el contexto financiero
El consultor de GEA, Alfredo Elorriaga, señaló que “30 milímetros le cambian la cara al cultivo y mantienen expectativas productivas”. Esta cantidad de lluvia no solo aseguraría una cosecha parcial de trigo sino también un ingreso crucial en diciembre. Además, ayudaría a controlar la propagación de la roya amarilla y naranja, que requiere tratamientos adicionales. En cuanto al maíz, la disponibilidad de agua determinará si la siembra ocurre en septiembre o si se retrasa hasta diciembre. Una siembra tardía implica costos adicionales, y los agricultores se enfrentarían a una falta de ingresos entre marzo y abril del próximo año. La incertidumbre en torno a las lluvias está generando ansiedad entre los productores, ya que la falta de agua amenaza con impactar significativamente sus resultados financieros.
Pronóstico y esperanzas de lluvia
Afortunadamente, hay un rayo de esperanza en el horizonte. Según los pronósticos, se esperan precipitaciones en forma de chaparrones y tormentas aisladas en la Región Núcleo a partir del 1 de septiembre.
Los modelos numéricos predictivos sugieren que las lluvias se concentrarán en la franja este durante la primera década de septiembre, con un aumento gradual en su volumen y extensión hacia Santa Fe, el noroeste de Buenos Aires y posiblemente también el este de Córdoba.
Reflejo de la sequía en los cultivos
La falta de lluvia ha tenido un impacto notable en los cultivos. Hace dos semanas, aproximadamente la mitad de los campos se encontraba en condiciones muy buenas, pero ahora solo el 10% conserva este estado.
Los cuadros regulares han aumentado del 15% al 22% debido al estrés hídrico y las fluctuaciones de temperatura.
Desde diferentes regiones de la Región Núcleo, los agricultores coinciden en que las lluvias pronosticadas para el fin de semana son cruciales para mantener la viabilidad de sus cultivos.
A pesar de la incertidumbre, la esperanza persiste, y los agricultores aguardan con ansias un alivio en forma de lluvias para asegurar sus cosechas.